Argentina.- El homicidio no es gracioso, no importa si se trata de una mujer en contra de un hombre.
Este novio recibía constantes palizas de su mujer hasta que la denunció ante la Comisaría de Policía, donde le dijeron que ‘no fuera maricón’. Hoy se encuentra muerto y tres metros bajo tierra.
Alfredo Turcumán falleció el día viernes en un hospital de San Juan en Argentina, luego de que su mujer, Claudia Moya, lo apuñalara en el corazón.
Esto pudo haber sido evitado.
El joven de 28 años llegó a la clínica Rawson trasladado por la propia Claudia, su esposa. Ella declaró a la justicia que él mismo se había clavado el cuchillo accidentalmente tras intentar reparar un picaporte.
Sin embargo, la madre de Turcumán, Esther González, tenía otra historia. Relató a los oficiales que la violencia entre la pareja era continua; incluso ella, en alguna ocasión, le rompió el tabique nasal a Alfredo. Describió a Moya como una ‘especialista en cabezazos’.
“Hasta el jefe de Alfredo quiso poner la denuncia porque él caía golpeado a su trabajo. Ella tenía un arma peligrosa que era su cabeza, con la que lo golpeaba y hasta le quebró el tabique una vez”, dio a conocer Esther.
La pareja tenía pocos meses de casados y esperaban un hijo. Los familiares también relataron que Claudia estaba enferma de celos y por eso lo golpeaba. El hombre incluso intentó pedir auxilio a la comisaría pero le dijeron ‘que no fuera maricón’.
¿Y si se tratara de la situación al revés? Tendríamos a una horda de feminazis clamando justicia afuera de la Procuraduría. Violencia es violencia y punto. La mujer debe pagar; al momento se encuentra bajo investigación por homicidio con el agravante de estar emparentada con la víctima.