“Tiene hijos, la vienen a ver, se la quieren llevar pero no se deja, incluso los encargados de la vigilancia del hospital y del gobierno han venido para llevársela, pero siempre regresa”, dice un taxista que trabaja afuera de la Clínica 194 donde vive una mujer de la tercera edad.
En la avenida 16 de septiembre en Naucalpan se puede encontrar la peculiar vivienda en un árbol, que desde hace ocho años es el hogar de esta mujer.
En la esquina de la banqueta, justo frente al acceso del área de Urgencias de la Clínica 194 del IMSS, una señora de entre 60 y 70 años de edad habilitó su “casa” con láminas, cartón, cobijas y bolsas.
Ahí vive, de acuerdo con los taxistas del sitio que está en esa misma esquina y los encargados de los puestos instalados en la zona, “llegó primero con una cobija y con el paso del tiempo fabricó un cuartito para protegerse del frío”, cuentan.
Comentan que no sólo vive ella, “hace poco adoptó a un perro y dos gatos con los que comparte el espacio; come y duerme ahí como si fuera su casa, pero no limpia y si uno se acerca para ayudarle es bastante agresiva”.
Los taxistas aseguran que en varias ocasiones, sus familiares han venido para llevársela pero no accede, incluso, los agrede, igual que a los policías del hospital y personal del DIF que han tratado de llevarla a una casa de la tercera edad.
“No está enferma, no habla con nadie, solo nos hecha pleito, dice que es su casa y que nadie puede molestarla, ni acercarse, pero a nosotros nos preocupa porque con lluvia, calor o frío, ella sigue en este cuarto; vulnerable”.
Cuando Hoy Estado de México trató de platicar con ella, sólo se limitó a decir con tono agresivo: “esta es mi casa, es propiedad privada, váyanse de aquí, es mi hogar y aquí estoy bien”.