Angela Merkel, Hillary Clinton y Theresa May, son las tres lideresas más reconocidas a nivel mundial
Las más conocidas son Angela Merkel y Hillary Clinton a las que se sumó hace poco Theresa May. Sin embargo las mujeres siguen siendo minoritarias en política, un mundo todavía muy masculino.
El 8 de noviembre una mujer, Hillary Clinton, podría acceder por primera vez a la presidencia de Estados Unidos, la primera potencia mundial.
“Es histórico, como lo de Barack Obama fue algo histórico. De esto no hay ninguna duda”, aseguró Ester Fuchs, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Columbia, recordando la elección de 2008 que marcó la primera vez que un negro llegaba a la Casa Blanca.
Del otro lado del Atlántico, las barreras habían comenzado a caer hace décadas.
En 1979, la conservadora Margaret Thatcher asumió como primera ministra. Ahora, 37 años después Theresa May tomó las riendas del gobierno británico, en plena tempestad por el Brexit. A menudo es descrita como una “Dama de Hierro”, la misma fórmula que se usa para referirse a la canciller Angela Merkel, que gobierna Alemania desde 2005.
– Una de cada diez –
Entre las mujeres en altas esferas, algunas pisan con paso firme el mundo de las finanzas, como la francesa Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Otras encarnan el rostro moderno de Europa como alcaldesas de Barcelona, Madrid, Roma y París.
Sin embargo, siguen siendo una minoría y su número progresa lentamente.
“Las mujeres representan actualmente cerca de un décimo de los dirigentes de los Estados miembros de la ONU”, informó la consultora Pew Research Center en julio de 2015, destacando que la cantidad de mujeres en el poder se ha doblado desde 2005″.
A principios de 2015, solo un 17,7% de los ministros en el mundo eran mujeres, según ONU mujeres, agencia que fue dirigida por Michelle Bachelet, tras dejar la presidencia de Chile en 2010, que después dejó para presentarse nuevamente y ganar las elecciones.
La presencia de la mujer es “más extendida en algunas regiones más que en otras. Los países nórdicos, salvo Suecia, nunca han tenido una jefa del gobierno”, destacó Pew Research.
“La tendencia no siempre siguió las divisiones norte-sur y los ejemplos son numerosos “en el sur y el sudeste de Asia y en América Latina”.
Mujeres como Indira Gandhi han hecho historia en India, al igual que Benazir Bhutto en Pakistán. En Birmania Aung San Suu Kyi, hija del héroe de la independencia llegó al poder en abril.
África en cambio se queda rezagada y la elección de Ellen Johnson-Sirleaf como presidenta de Liberia en 2005 es más bien una excepción.
Incluso en Estados Unidos, las mujeres lo tienen más difícil a la hora de llegar a ejercer funciones de alto nivel, destacó Fuchs.
“En Nueva York, nunca tuvimos una mujer alcaldesa y entre los alcaldes de las grandes ciudades estadounidenses un 19% son mujeres”, afirmó.
– ¿Un cambio? –
Para el investigador español Juan José García Escribano, de la Universidad de Murcia, la llegada de las mujeres al poder podría ayudar a imponer un nuevo estilo.
“Creo que cada vez se vería como más normal en la mente de los españoles la posibilidad de que un país gobernado por mujeres podría ser la solución a toda una serie de problemas, como la situación económica, que los hombres, en buena medida, han creado y parecen incapaces de solucionar”, afirmó el académico.
Para la académica Arantxa Elizondo de la Universidad del País Vasco, el estilo innovador está encarnado muchas veces por mujeres que vienen de partidos de izquierda o de movimientos reformadores, como Manuela Carmena en Madrid o Ada Colau en Barcelona.
“Son ellas quien ponen estos temas en la agenda y eso marca un cambio. Ellas representan esa vocación de transformación social”, dijo.
En Italia, el movimiento 5 Estrellas ha logrado llevar a las alcaldías de Roma y de Turín a Virginia Raggi et Chiara Appendino.
“La elección de dos mujeres a la cabeza de dos ciudades claves muestra que es posible para las mujeres políticas en un futuro”, destacó Sofia Ventura, profesora de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad de Bolonia.
Pero para la académica esta elección no marca un giro definitivo en Italia, un país que sigue siendo muy machista, pese al aumento de las mujeres en la política en especial en el parlamento.
“Estamos en una fase compleja, con pasos hacia adelante pero con hábitos culturales todavía muy fuertes”, explicó.
Entre los múltiples obstáculos en el camino es la percepción de la opinión pública, explicó Ester Fuchs.
“En el caso de Hillary Clinton, se ve muy claramente. Para los hombres se quiere que sean firmes, pero si una mujer es firme, se la considera como una persona difícil, pero no como alguien fuerte”, expuso.
Sin embargo, la académica señaló que las cosas han cambiado.
“En 1937, en la primera encuesta Gallup sobre el tema, sólo 33% de los estadounidenses decían que estaban listos para votar por una mujer (…) Desde 2012 son el 95%. Pero el hecho de decir ‘voy a votar por una mujer’ no significa que efectivamente uno vote por una mujer”, planteó.