Thursday 28 de March del 2024

#Nacionales México no debe tolerar ni un feminicidio más: Zaldívar

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México no puede seguir tolerando el drama de los feminicidios y de que 11 mujeres al día sean asesinadas, asegura el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar.

A seis meses de que finalice su presidencia en el Poder Judicial, el ministro Zaldívar sostiene que es importante que en el país se haga una reflexión colectiva y que se tome muy en serio este flagelo, cuyo origen se encuentra en la permanencia de una cultura machista, que se multiplica ante la inexistencia de investigaciones y que deriva en impunidad para los perpetradores.

“La mayoría de los feminicidios no se investigan, cuando se investigan, se investigan mal, cuando son casos mediáticos, además, se revictimiza a las víctimas… Los feminicidas no nacen de un día para otro, son parte de una sociedad que ve, en muchas ocasiones, a las mujeres como secundarias, como desechables, como si no fueran seres humanos”, dice el ministro presidente en entrevista con EL UNIVERSAL.

Zaldívar explica que con la intención de generar “un cambio de cultura, una reflexión colectiva que nos permita avanzar hacia modificar este estado de cosas, que me parece que no podemos seguir soportando”, la Suprema Corte de Justicia produjo una serie documental que a partir de ayer fue lanzada en televisión abierta y que busca “conmover a la opinión pública y provocar un debate, una reflexión sobre este drama de los feminicidios en México”.

Al hacer un balance de su presidencia, asegura que entregará un Poder Judicial con un cambio de 180 grados en relación al que recibió y dice que sus detractores y quienes sostienen que el Poder Judicial está sometido, y que el Poder Judicial no es independiente, deben remitirse a las sentencias que ha dictado la Corte, las juezas y jueces federales en estos 3 años y medio, pues “nunca en la historia del Poder Judicial Federal se habían dictado tantas sentencias en contra de las políticas de gobierno y de un Presidente, como ahora”. “Quienes dicen que no hay independencia lo hacen con una intencionalidad política, hoy me queda claro que mienten sabiendo que mienten”, señala en su oficina de la Corte.

Cauto ante el proceso de sucesión que se vive al interior del máximo tribunal, el ministro Zaldívar se niega a opinar si le gustaría que en la silla en la que está sentado fuera ocupada a partir de enero de 2023 por una mujer. “Estaría decantándome, y creo que es algo que no debo hacer, yo debo mantener la neutralidad”.

¿Qué le dice a usted un país con una cifra promedio de más de mil feminicidios al año?

—El drama de los feminicidios, alrededor de 11 mujeres al día que son privadas de la vida, me parece que es algo extraordinariamente grave y que este país no debe seguir tolerando. Es importante que hagamos una reflexión colectiva, que tomemos muy en serio esta situación y que la sociedad y las autoridades en conjunto haciendo cada uno lo que nos toca, empecemos hacía un camino que encontremos soluciones. Hay que tener muy claro que la mayoría de los feminicidios son delitos locales. Entonces tenemos que voltear la mirada hacia los estados, sobre todo a las entidades que tienen índices más altos para generar medidas de prevención adecuadas y adicionalmente investigaciones eficientes, si no se previene y no se investiga se genera impunidad y la impunidad es el caldo de cultivo de la delincuencia.

¿Y qué dice de la procuración de justicia en el país?

—Si bien tienen que hacerlo las procuradurías, las fiscalías, los peritos, algo nos dice que no se está haciendo bien por el nivel de impunidad que hay. Derivado de la serie “Caníbal Indignación Total”, que produjo la Corte, nos damos cuenta que uno de los problemas más serios para poder combatir este flagelo es que la mayoría de los feminicidios no se investiga, cuando se investigan se investigan mal, cuando son casos mediáticos además se revictimiza a las víctimas, en muchos casos se trata de responsabilizar a las mujeres, que porque usaba minifalda, que porque habían bebido, que porque estaban en un bar, que porque las amigas las dejaron, que porque sus hogares se encuentran destruidos y entonces la papá o la mamá no realizó la labor que les tocaba. Hace falta investigar adecuadamente con seriedad y con profesionalismo los feminicidios. En este país lamentablemente en muchos municipios, si se es mujer y se es pobre, te pueden desaparecer y matar y nadie te va a buscar, ese es el drama de los feminicidios. Entonces la solución está en prevenir, hay muchos lugares en donde se sabe que desaparecen las mujeres y cuando suceden estas cuestiones investigarlas con profesionalismo para detener y sancionar a los responsables.

¿Cuánto influye la pobreza en la violencia contra las mujeres?

—Lamentablemente, la mayoría de las mujeres y niñas que sufren de feminicidios son pobres, como siempre, las personas más pobres, no solo de nuestro país, sino en el mundo, son las que sufren las mayores consecuencias. A las niñas y las mujeres pobres cuando las desaparecen nadie las busca. Este caso de la serie que estamos presentando es de una persona que durante 31 años estuvo matando mujeres a las cuales nadie buscó, este feminicida cae porque la familia de su última víctima lo localiza, de otra manera seguiría matando mujeres impunemente. Por supuesto que las mujeres en situación de mayor pobreza están más vulnerables a este tipo de delitos y de violencia de género.

El feminicidio es la consecuencia final de la serie de violencia y agresión contra las mujeres, pero hemos visto en los últimos años la brutalidad con la que se dan ataques contra las mujeres, lanzando ácido sobre sus cuerpos, mujeres que son brutalmente golpeadas hasta la muerte, esto también es parte de una sociedad que tiene algo que ver en esto, ¿no lo cree así?

—Lo primero que tenemos que ver es que el origen de todo esto es una cultura machista, una cultura en la cual se educa a los hombres en el sentido de que las mujeres son inferiores, de que pueden ser disponibles para ellos, que las pueden tratar como quieran, que están para servirlos y de ahí viene un tema en donde se pueden hacer chistes, donde se pueden hacer insinuaciones, donde se puede acosar, donde se puede tocar, donde se puede violentar, donde se puede violar y eventualmente matar. Esto no surge de generación espontánea, esto es una cultura en la sociedad en la que tenemos que revertir la forma en cómo se ve a la mujer en la sociedad mexicana y que debe cambiar. Las mujeres no son un objeto, no son inferiores, son seres humanos, merecen todo el respeto y tienen todo el derecho a vestirse como quieran, a estar donde quieran, a relacionarse con quien quieran y esto no da derecho a nadie a abusar de ellas y mucho menos a privarlas de la vida.

¿Considera que hay una discriminación estructural? Incluso, usted ha dicho que en esta sociedad se hacer ver a las mujeres como “desechables”.

—Por supuesto que hay una cultura machista y una serie de desigualdades culturales en las cuales las mujeres no tienen el piso parejo, no lo tienen en la familia, en la escuela, en la academia, en los deportes, en la vida profesional, en la vida política, en la misma vida de las mujeres en prisión, el drama de las mujeres en prisión es muy diferente al que viven los hombres, por supuesto que hay desigualdades estructurales que tenemos que ir revirtiendo para alcanzar la igualdad sustantiva entre el hombre y la mujer. Esto es un problema muy complejo, pero sobre el cual yo he venido insistiendo mucho durante años: la necesidad de igualar la cancha, lo hemos hecho en el Poder Judicial Federal, aquí hemos instaurando una serie de medidas afirmativas que nos han hecho acreedores al primer premio interamericano de mejores prácticas para generar liderazgos femeninos que nos entregó la OEA hace dos semanas y esto es muy importante porque lo que está haciendo el Poder Judicial es un referente no sólo en México, sino en el mundo, ojalá y otras instituciones públicas y privadas siguieran con este ejemplo. Tenemos que generar un ambiente de mayor igualdad todos los ámbitos de la sociedad. Tenemos, como sociedad, que hacer un esfuerzo conjunto en todos los ámbitos, porque los feminicidas no nacen de un día para otro, son parte de una sociedad que ve en muchas ocasiones a las mujeres como secundarias, como desechables, como si no fueran seres humanos que merecen todo el respeto a su dignidad.

¿Por qué la Suprema Corte ha considerado pertinente dar este mensaje a través de una serie?

—Debemos recordar que esta serie la insertamos en una tradición de la Corte de usar el arte para denunciar injusticias. En el siglo pasado, en la década de los 40 los murales de José Clemente Orozco denunciaron la injusticia social, la explotación, la corrupción, recientemente el mural de Cauduro denuncia los grandes problemas de la justicia en México, los expedientes archivados como si no tuvieran seres humanos atrás, las violaciones, los feminicidios, la tortura, los secuestros, la represión del Estado, todo eso está aquí en la Corte y es un shock para los invitados extranjeros que vienen y se impresionan en un tribunal constitucional que haya esta denuncia. Y hoy, no lo hacemos a través de un mural, lo hacemos a través de una serie documental, de denunciar una serie de cosas de injusticia que no debemos tolerar, pero también con la idea de generar un cambio de cultura, una reflexión colectiva que nos permita avanzar hacía modificar este estado de cosas que me parece que no podemos seguir soportando… Las instituciones públicas tenemos que llevar a cabo una función pedagógica y es tradición de la Corte, lo hacíamos con murales y hoy lo hacemos a través de una serie documental que va a tener una enorme potencia para conmover a la opinión pública y provocar un debate, una reflexión sobre este drama de los feminicidios en México.

¿Qué se descompuso en estos años que estamos viendo casos tan brutales? ¿o es que ahora los medios están más atentos?

—Desde 2006 la convivencia entre las y los mexicanos se fue deteriorando mucho por una serie de medidas que se tomaron, sobre las cuales yo en este momento no quisiera opinar porque se puede pensar que estamos tratando de golpear a algunos actores políticos del pasado, esa no es la intención, tenemos que enfocarnos al presente. Creo que es un proceso muy complejo que se fue descomponiendo y dentro de ese proceso, como sucede en muchas ocasiones, quienes salen más lastimadas siempre son las mujeres y los pobres y estos dos sectores de vulnerabilidad me parece que se han visto muy afectados por la delincuencia, pero particularmente, la violencia se ha hecho cada vez más fuerte contra las mujeres, no es un fenómeno solo de México, es un fenómeno que vemos en muchas partes del mundo, quizás la mecánica social, las redes, el familiarizarnos con la violencia que hay en las redes, en los videojuegos, además de esta cultura machista, yo creo que el origen de todo es esta cultura machista. Estos jóvenes que supimos de una noticia de unos jóvenes de un estado del sur, de una escuela católica muy prestigiada, entre comillas, donde más de 100 jóvenes se dedicaron a compartir fotos y videos sexuales explícitos de sus compañeras de ellas o de chicas de su ambiente social. ¿Qué es lo que pasa en la sociedad cuando los jóvenes se creen con ese derecho de poder humillar y usar así a las mujeres? ¿Qué responsabilidad tenemos como sociedad? ¿Qué responsabilidad tienen los padres y las madres en todo esto? Y no vayamos a voltear a decir “es que las niñas se tienen que cuidar”, no, la responsabilidad es de quién hace los actos indebidos y los actos ilícitos, ahí es donde debemos de poner el foco, y los feminicidios ocurren porque somos tolerantes ante este tipo de cuestiones, porque cuando esto sucede los padres de inmediato llegan a defender a sus hijos para que sigan delinquiendo y sigan considerando que las mujeres son un objeto desechable. Creo que es un problema muy complejo que, obviamente no soy un iluso, no creo que se vaya a arreglar con una serie, pero sí creo que si esta serie nos la tomamos en serio puede ser el inicio de una reflexión y de medidas algunas inmediatas y otras no tan inmediatas que nos permitan ir revirtiendo la situación, lo primero es visibilizar el problema, saber que ahí está el problema, los feminicidios no pueden ser parte del paisaje, no podemos normalizar la violencia. Se dio la noticia en muchos medios que había un feminicida serial, que mató mujeres durante 31 años, a nadie le escandalizó y esto es extraordinariamente grave, estamos normalizando la violencia, tenemos que revertir esto, tenemos que volver a recuperar nuestra capacidad de indignación, por eso la serie se llama “Caníbal Indignación Total”. Al final yo espero que la gente tenga una legítima indignación contra el feminicida, contra los feminicidas, pero también contra las autoridades que no han hecho el trabajo que les corresponde o que les toca.

Este año termina su presidencia en la Corte, ¿cuál será su legado?

—Hasta este momento porque todavía me quedan seis meses, yo he transformado el Poder Judicial Federal, mi equipo y yo vamos a dejar un nuevo Poder Judicial Federal en muchos sectores: tenemos una reforma constitucional y legal que es una reforma judicial que nos ha permitido combatir la corrupción, combatir el nepotismo como nunca se haya hecho, combatir el acoso sexual, tenemos una agenda de género en que hemos igualado la cancha, nunca se nombrado tantas juezas y magistradas como ahora, hemos hecho concursos exclusivos para jueces de distrito, para magistradas de circuito, y los que no han sido exclusivos han sido siempre paritarios. Hemos generado licencias de paternidad iguales a las de la mujer, hemos ampliado las licencias de lactancia, hemos generado una perspectiva de género, hoy en la carrera judicial y cabe destacar que por primera vez hay una carrera judicial en todos los cargos del Poder Judicial, es obligatorio un curso básico de género como herramienta, es decir, hoy todo el Poder Judicial ve las cosas bajo el prisma de la igualdad de género. Hay una auténtica carrera judicial, tenemos una escuela judicial a nivel constitucional que establece una formación distinta, con una excelencia académica moderna y con una apertura interdisciplinaria, con respeto a los derechos humanos, tenemos una defensoría pública como nunca se había dado en México que defiende a las y los más pobres de México en todo el país… Los resultados ahí están y es un nuevo Poder Judicial. Mis detractores los que no saben hacer sino tuits e insultos y descalificaciones, no se toman la molestia de revisar esto, porque es más fácil insultar, pero afortunadamente los bots no generan democracia y los insultos dicen más de quien los emite, que de quien los recibe. Yo me iré muy satisfecho, no hemos terminado, faltan todavía algunos meses donde seguiremos haciendo cosas interesantes, pero creo con toda honestidad y sin arrogancia, que hoy es un Poder Judicial 180 grados distinto al que yo recibí, y lo puedo demostrar con hechos, con datos duros, no son palabras y además reconocido a nivel internacional.

¿Y hacia fuera ministro? Hablando de la división de Poderes, tenemos un Presidente de la República que llegó con un gran capital político, ¿cómo ha sido la división de poderes?

—Yo quiero decirles que mi relación con el presidente (Andrés Manuel López Obrador) ha sido cordial, respetuosa y afectuosa. Él ha sido muy respetuoso de las decisiones que se toman desde el Poder Judicial Federal y a quienes dicen que el Poder Judicial está sometido y que el Poder Judicial no es independiente yo los remito a las sentencias que ha dictado esta Corte y a las sentencias que han dictado las juezas y jueces federales estos 3 años y medio, nunca en la historia del Poder Judicial Federal se habían dictado tantas sentencias en contra de las políticas de gobierno y de un Presidente como ahora y el Presidente ha sido absolutamente respetuoso de lo que sea dictado. ¿Díganme ustedes una sola política relevante o prioritaria que la Corte haya echado atrás de un Presidente anterior a López Obrador?, díganme una. Y hoy que la Corte y los jueces resuelven en contra del Presidente resulta que no hay independencia. Quienes dicen que no hay independencia lo hacen con una intencionalidad política, hoy me queda claro que mienten sabiendo que mienten, descalifican sabiendo que están faltando a la verdad, yo me remito a los hechos, ahí están las sentencias de la Corte, de los jueces, y además todas las ministras y ministros somos independientes, cuando votamos a favor del gobierno y cuando votamos en contra del gobierno también, ¿de cuándo acá la independencia de un ministro consiste en votar en contra de un gobierno? A mí, hay votos que me han criticado el sentido del voto pero nadie ha criticado mis argumentos, hubo una semana dónde voté por la inconstitucionalidad de asuntos muy importantes cinco días seguidos, y al sexto día que voté que no, y los otros cinco días se olvidaron, nada más se acordaron del último.

Realmente el país está muy polarizado. Yo entiendo la crítica interesada de quienes pretenden descalificar a la Corte, muchas veces son grupos antiderechos que no les gusta lo que hemos hecho a favor de las mujeres, que no les gusta lo que hemos hecho a favor de los grupos de la diversidad sexual, que piensan que ocurre algo similar como lo que ha sucedido recientemente en Estados Unidos y se disfrazan con estas descalificaciones la verdad muy baratas y muy previsibles, sobre todo en Twitter que se ha convertido en una red ya bastante contaminada. Yo estoy muy tranquilo con lo que hemos venido haciendo, por mí hablaran los resultados, los hechos, los datos duros y las sentencias, y eso es lo que nadie discute, lamentablemente simplemente descalifican de manera gratuita.

Nos hizo un recuento de las políticas en materia de género al interior de la Corte. ¿Usted como vería que el próximo año lo sucediera una mujer en la presidencia?

—Por razones obvias si yo contesto esta pregunta estaría decantándome y creo que es algo que no debo hacer, yo debo mantener la neutralidad en estos seis meses precisamente para que pueda haber gobernabilidad y buen ambiente en la Corte. Yo no podrían este momento contestar porque sería claro que mi respuesta tendría nombre y apellido.

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