La demagogia y la violación constante a los preceptos constitucionales, identifican los tiempos políticos que se viven en México; se pretende que la Guardia Nacional sea parte del Ejército Mexicano, se habla de que administrativamente será el Ejército quien se encargue de ellos, por otra parte, el PRI con la influencia de su presidente nacional Alejandro Moreno Cárdenas, avala que las fuerzas armadas permanezcan en las calles hasta 2028, la pregunta obligada es y ¿Para qué?.

¿Será que se pretende que los mexicanos sigan viendo las persecuciones que les hace el crimen organizado?, porque la verdad, el Ejercito en las calles en otras administraciones, demostraba sus capacidades logísticas en contra del crimen organizado, pero actualmente, cuando se practica la política de “abrazos, no balazos”, solamente hemos visto que por orden presidencial se deja en libertad a Ovidio Guzmán, y como huyen los miembros de Ejército, mexicano cuando son violentados por miembros del crimen organizado
Alejandro Moreno Cárdenas, al hacer suya la encomienda de que el Ejército permanezca en las calles hasta 2028, seguramente negoció su impunidad para no ser desaforado, al estar aceptando la encomienda presidencial de que el Ejército permanezca en las calles; el mismo López Obrador festejó el hecho, sin embargo no es aceptable que por la corrupción practicada en el pasado por Alejandro Moreno, se quiebre una alianza que estaba haciendo frente a disposiciones que van en contra del buen vivir de los mexicanos.
Alejandro Moreno no podría justificar el que el Ejército permaneciera en las calles hasta 2028, ante el aumento de la violencia en muchos estados de la república mexicana, mucho menos su justificación sería ante una política de “abrazos no balazos”, que le ha amarrado las manos, a quienes de alguna manera, luchan en contra de la violencia que se ha generado y que ya parece institucional.

Lo ideal es que en cuatro años que tiene el actual gobierno ya se hubiesen capacitado a las policías estatales y municipales, para hacer frente al problema de la violencia, de las extorsiones y de cómo se está apoderando del país el crimen organizado.

Pero no, lo que se quiere es militarizar el país no obstante la falsa promesa de campaña de Andrés Manuel López Obrador, de que los militares deberían regresar a sus cuarteles… ha sucedido todo lo contrario,
Por fortuna todavía hay senado y se espera que siga manteniendo su honorabilidad.

En cuanto a Alejandro Moreno, es de dudar de qué lado está, recordemos que él llega a la presidencia del PRI gracias a la recomendación que hiciera Andrés Manuel López Obrador y si Alejandro tiene la cauda sucia, si cometió delitos que los pague ante la ley, pero no tiene derecho a hacer acabar con el partido que lo llevó primero a la gubernatura de Campeche y luego a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.