En los dos años del inicio del proyecto fallido de Recuperación de Naucalpan centro, los destrozos de guarniciones y banquetas siguen igual, con algo de calma los días martes de gracia.
Aún así, la completa descomposición y desorden urbano que dejó el gobierno de Olvera y sus funcionarios, de aquel sueño romántico de crear una Ciudad moderna y de vanguardia.
Esto basados en un plan futurista a la altura de las mejores del mundo, es decir una ciudad sustentable, de aprovechamiento del espacio urbano y cambiar la imagen de Naucalpan centro. Incluyendo evitar un mayor colapso de vialidades, el concentrar en el mismo espacio justamente urbano, emisiones de contaminantes sumamente dañinos y “olores a excremento y orines”.
Lo único que quedó del programa de reordenamiento del comercio en la vía pública, del 5 de octubre de 2016, hasta nuestros días son precisamente aceras despedazadas.
Realmente el plan, ese que pretendía aprovechar a la Ciudad y su área de oportunidad que representa el movimiento económico, del comercio y los servicios, quedó en utopía.
Una oportunidad con capacidad para gestionar el recurso humano fue cuestionable, los intentos quedaron en eso, intentos y nada pasó a mayores, cuando muchos traían infinidad de todo tipos de intereses.
Algunos ya se veían administrando una plaza comercial, en donde supuestamente reubicarían a comerciantes de vía pública de las calles de Juárez, Morelos, y Abasolo.
Al tiempo que otros, en la búsqueda de áreas para ingresar a detallistas de propiedades abandonadas y llevarse según su parte-en la que “todos ganarían”.
Más bien se pensó en la utilidad económica, que concebir la estrecha relación entre la planificación urbana y la calidad de vida.
Comprender, que precisamente la planificación urbana estratégica se encarga de diseñar una Ciudad con base en las demandas y necesidades de la población y gestionarla, priorizando los problemas más complejos, en contraparte, a la plusvalía, en términos financieros que la ganancia social.
Retomando la idea, la perspectiva era poner el espacio público al servicio del ciudadano, con áreas verdes, ciclopista, lanzaderas, para el transporte, edificios de gobierno y buscar un motivo, un escaparate para hacer comunidad, más allá del vicio, y la malvivienda.
Con información de la prensamx.