El Día de la Candelaria está próximo y el mercado San José Altamira, mejor conocido como mercado de La Tolva, regresó a su tradición de vestir y reparar figuras Niños Dios.
Al igual que múltiples mercados en Naucalpan, este centro de comercio se adapta a la demanda de acuerdo con la temporada, sea Día de la Independencia, Día de Muertos, Navidad, o, como en esta ocasión, el 2 de febrero.
A lo largo de unos 15 locales se observan Niños Jesús de distintos tamaños, colores, acabados y vestimentas, con disponibilidad para todos los presupuestos.
“El bebé más grande normalmente es de 50 centímetros y el más chiquitito puede ser de 2 centímetros, a veces nos traen los de la rosca, pero cada niñito, sea chiquito o grande, tiene la misma importancia porque los quieren igual”, explicó María Josefina Carvajal, reparadora de Niños Dios desde hace 25 años.
En oferta se encuentran Niños Dios de yeso y resina. Los costos en vitrinas varían entre 50 y 500 pesos, según el material y tamaño elegido, los de resina son los más costosos.
En cuanto a vestimentas, la oferta les permite a los clientes ataviar a sus figuras angelicales no solo de santidades, sino también de distintas profesiones, como médico del IMSS, policía, barrendero o futbolista.
Sandra Cervantes Balderas, locataria del mercado, comentó que los habitantes que escogen estos últimos ropajes normalmente lo hacen porque alguno de sus seres queridos trabaja en tales profesiones u oficios; no obstante, aseguró que los más comunes son los referidos a advocaciones religiosas, como San Judas Tadeo, el Señor de la Misericordia o el Sagrado Corazón de Jesús.
La inversión requerida para comprar y vestir a un niño puede llegar a los mil pesos.
Por otra parte, la reparación de Niños Dios se posiciona como una opción preferida por los clientes, ya que la mayoría de las figuras son herencias o regalos de seres queridos.
Desportilladuras, decoloración y desprendimiento de partes suelen ser los desperfectos más habituales, por los cuales se puede pagar de 20 a 200 pesos, según la dificultad de la restauración.
Don Chuy y María de la Luz, reparadores del mercado, detallaron que los materiales que más usan para su trabajo son laca, aerógrafo, pinceles y pegamento, además de algunos que deben de adaptar, a partir de las necesidades.
“Hemos restaurado hasta 500 niños en una temporada. Hemos llegado a irnos del local hasta las 2 de la mañana por repararlos, para que estén antes del 2 de febrero”, comentó Chuy, comerciante de La Tolva.