Thursday 28 de March del 2024

Negligencia y corrupción consumen la vida de Luis

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Las cosas marchaban bien en su vida, tenía una familia y un trabajo. De pronto todo dio un giro y lo invadió la enfermedad, tristeza y una infinidad de deudas.

Así ha vivido Luis Javier Tresgallo Navarro, después de que la negligencia médica y los acomodos de personal, lo dejaron al borde de la muerte.

Luis trabajaba en una empresa banquera con nombre Banca Cremi S.A, cuando se le detectó un pequeño malestar que requería cirugía, sin embargo su familia y él, no creyeron que fuera necesaria dicha operación.

Pasó el tiempo y sí tuvo que pasar por el quirófano. Empezó su infierno. Los materiales que utilizaron los médicos fueron rechazados por el cuerpo de Luis.

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Manuel Mario Gallo Reynoso director médico de la Clínica Londres, lo intervino cinco veces sin éxito alguno, después Juan José Granados Romero, coordinador del mismo nosocomio, hizo de las suyas y lo operó en tres ocasiones. Las operaciones no daban resultado. El médico del seguro de la empresa, que tiempo después lo liquidó, lo sometió a medicamentos que serían contraproducentes, pues las recetas no eran las adecuadas.

Un total de 8 operaciones por dos diferentes cirujanos: problema fatal. Cada uno de ellos determinaba un expediente diferente y cada uno de ellos fallaba en su intento por regresarle la salud al padre de familia que perdió miles de pesos buscando liberarse de un infierno en el cual no eligió vivir.

Los límites de sufrimiento, impotencia y desesperación rebasaban las fronteras y en un intento por salir de su pena, decidió utilizar un arma de fuego para escapar. Afortunadamente el apoyo de su esposa fue quien lo mantuvo en pie, aunque sabía que la relación estaba dañada.

Y como no iba a ser así, si de tener una vida completamente normal, se convirtió, como lo indica Luis, en un estorbo para su familia, ya que tenían que atender diariamente sus heridas, los dolores que lo acompañaban en el día junto con pus y sangre constante que emergían de una lesión creada, sencillamente, por una negligencia médica.

Sin embargo logró ingresar al Instituto Nacional de Nutrición “Salvador Zubirán” en donde lograron salvarle la vida, ya que volvieron a intervenirlo quirúrgicamente para poder reconstruir la pared abdominal con los mismos procedimientos que manejaron en la Clínica Londres, con la “sorpresa” de que aquí no hubo ningún rechazo a los materiales.

-La justicia no es médico-

Tras recuperar un poco la salud, Luis fue a reportar su problema al Ministerio número 7 en la delegación Cuauhtémoc, en donde a la persona que le asignaron el caso le pidió una cantidad de 35 mil pesos para poder dar pie a la investigación, pero nunca les dio ese dinero.

Y es por eso que el afectado demandó que la redacción de este archivo -en donde se relata los hechos del problema físico- es pésima y que muchos de los datos recabados no fueron reales y se utilizaron de Internet, tal como  dijo en entrevista a Letra Roja,  lo único que hicieron fue copiar y pegar sin revisar y  no hicieron nada, no resolvieron en absoluto la situación.

Tras varias quejas que levantó, nos cuenta que en la Fiscalía desconcentrada de la delegación citada, le aplaudieron que no diera ni un peso, ya que aún con dinero de por medio el resultado hubiera sido el mismo.

Después se dirigió al Ministerio Publico, intentando sacar justicia, aunque la suerte no ha sido su aliada, ya que el caso fue puesto a un funcionario público, que como señala “es bastante educado” decretó la reserva al asunto, al determinar que no había pruebas suficientes para llevar el caso a una acción penal. Tresgallo inconforme con la decisión se quejó en varias ocasiones, haciendo que la Fiscal, al revisar el caso, aceptara las condiciones de Luis y se enviara nuevamente a la agencia, pero ahora con varias pruebas como lo son tomografías, estudios médicos y elementos bien documentados en los que delata el mal peritaje que tuvo.

Hasta ahora, ninguna parte de la justicia del Distrito Federal ha logrado dar luz de esperanza al caso que lo viene atormentando más de 8 años y exige, mínimamente que los médicos que lo asistieron, jamás vuelven a tocar un solo paciente, aunque sabe, que eso no pasara.

“Yo quisiera que esto no le pasara a más personas, que  no sufrieran la negligencia médica de estos sujetos, pero sé que lo harán, porque uno de ellos es director general. Y cuidado con lo que presumen, pues ellos son cirujanos generales, pero ostenta títulos de ser gastroenterólogo, eso indica que solamente están ahí por favores y no por experiencia”.

Casa, vida y patrimonio se pierden por el descuido y desmoronamiento que sufre el sector salud en el país y si le agregamos la justicia corrupta a la que uno se debe de afrontar en busca de una solución, pues  solamente te llevan a un infierno que te deja al borde del suicidio, remata Luis Tresgallo.

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