La empresa dejó de ver a los fabricantes de celulares como verdugos para considerarlos como aliados, y apuesta por cámaras diminutas, dice a Forbes México Bo Kajiwara, CEO para América.
La fabricante japonesa de cámaras fotográficas Nikon cumplió, este 2018, su aniversario 101. Pero, lo que debería ser un festejo épico, tiene, sin embargo, un sabor amargo.
Nikon no vive sus mejores días. El negocio ha venido a la baja de forma constante. En los últimos tres años, por ejemplo, la empresa registró una caída de 911 millones de dólares (mdd) en sus ingresos, entre mediados de 2016 y mediados de 2018 (Nikon cierra sus ejercicios fiscales en junio), al pasar de 7,300 mdd a 6,389 mdd.
La caída tiene que ver con la debilidad del negocio que le dio vida: la fabricación de cámaras fotográficas. Hoy, esta área le aporta únicamente 50% de sus ingresos, 17% menos que hace nueve años. Pese a todo, aún es la división más importante, lo que demuestra la fortaleza y resistencia de la marca, pero, a la vez, que la corporación japonesa no ha sido capaz de abrir otra ruta de negocios.
La razón central de esta caída está en la irrupción del teléfono inteligente o smartphone, hoy inconcebible sin una cámara fotográfica. Han pasado 11 años desde ese golpe a los fabricantes de cámaras y, aun así, Nikon todavía busca desesperadamente alternativas para dar nueva vida a su negocio, incluida la de ir a tocar la puerta de alguno de sus verdugos.
Antes que ver los smartphones como enemigos, la empresa con sede en Tokio los está considerando como aliados, dice Bo Kajiwara, ceo de Nikon para América. “El celular nunca va a desaparecer y nosotros no tenemos una competencia con ello; perseguimos objetivos totalmente diferentes. Lo que sí es una realidad es que creemos que nos podemos apoyar en ellos para crecer”, señala Kajiwara, en entrevista con Forbes México.
Un celular, un fotógrafo
Hoy, más que nunca, las fotografías han ganado importancia para los seres humanos, gracias a los teléfonos inteligentes, y Kajiwara y su equipo quieren capitalizar ese fenómeno. “Lo interesante de todo lo que ha pasado con el smartphone es que su uso y desarrollo motivó que la gente tomara muchas más fotos que antes, despertando una gran cantidad de entusiastas de la fotografía. Estamos muy interesados en poder captarlos”, expone.
Para atrapar a estos fotógrafos aficionados, Nikon desarrolló una estrategia enfocada en establecer una línea de comunicación con cada uno. “Nuestra obligación es acercarnos directamente a ellos para mostrarles que pueden llevar su hobbie por la fotografía al siguiente nivel”, explica Kajiwara.
Para establecer ese contacto con los usuarios, la compañía desarrolla una comunidad fotográfica apoyada en las redes sociales, partiendo del hecho de que todos quieren mostrar a sus interlocutores virtuales lo que son capaces de hacer con sus celulares, señala el ceo regional. La comunidad ha tomado forma: tan sólo en Facebook, la compañía tiene 14 millones de seguidores en México.
“Esta relación, derivada del uso del smartphone, que existe hoy entre las personas y la imagen nos da la posibilidad de mandarles un mensaje muy claro sobre lo que consideramos que es la fotografía y lo que podemos ofrecerles”, agrega Kajiwara.
La compañía quiere que ese mensaje sea permanente. Nikon trabaja de modo constante para realizar actividades de contacto con los integrantes de esa comunidad virtual, dice el directivo, con el objetivo de acercarlos a sus productos.
“Impulsamos buenos canales de contacto, que involucran a las redes sociales y a una buena cantidad de influencers, principalmente fotógrafos, quienes trabajan con nosotros en esta comunicación, cuyo objetivo principal es que la gente entienda lo que puede llegar a hacer con los equipos que ponemos en sus manos”, expone.
En busca de un aliado
Nikon está dispuesta a establecer una sociedad o alianza de colaboración con algún fabricante de smartphones, y ofrecerle fortalecer, con su tecnología, las cámaras de sus teléfonos, dice Kajiwara. “Si es que llegan a presentarse las oportunidades, es probable que lo hagamos; pero, por ahora, no han llegado. De presentarse, no veo una razón para declinar que trabajemos en forma conjunta. Lo vuelvo a señalar: nosotros no somos competencia de los smartphones”, comenta el ejecutivo.
Nikon no es la única compañía de cámaras fotográficas que se acerca a los fabricantes de teléfonos inteligentes. Ya lo hizo Leica, cuya cámara está presente en equipos de Huawei y, en el caso de Sony, como es de suponerse, su división de cámaras fabrica los equipos que van en los celulares de casa.
Pero, más que solamente proveer de cámaras para los celulares, Nikon quiere moverse con más holgura en el ambiente virtual. Y la manera como quiere hacerlo es atendiendo el incesante interés que tienen las personas por compartir en la web las imágenes que toman. Para ello, Nikon ofrece, desde hace un par de años, conectividad entre sus cámaras y los dispositivos móviles por medio de tecnología WiFi, lo que permite a los usuarios bajar fotos a sus teléfonos inmediatamente después de tomarlas.
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“Hemos trabajado en el tema de la conectividad de nuestras cámaras para proveer accesibilidad a las imágenes, las cuales hoy son una herramienta de comunicación muy importante”, dice Kajiwara.
Pequeñas, pero poderosas
La estrategia de Nikon para volver a levantarse tiene más componentes. La compañía entró en un proceso evolutivo para transformar paulatinamente las opciones de equipos fotográficos que ofrece al mercado. No tiene opción. La venta de equipos tradicionales ha disminuido de manera estrepitosa. De ahí que el negocio de imagen ya sólo represente la mitad de sus ingresos.
Por ejemplo, en el terreno de las cámaras de lentes intercambiables, pese a que tiene casi 23% del mercado, pasó de vender 3.1 millones de cámaras en 2017 a 2.6 millones a junio de este año. Lo mismo sucedió con las cámaras compactas, mercado del que Nikon posee una cuota de 21%, y en el que pasó de vender 3.2 millones el año pasado a 2.5 millones en el actual.
El movimiento en picada no ha terminado. La compañía prevé que el negocio de la imagen caerá 11% más, de acuerdo con su reporte de resultados de este año.
Su respuesta a ello son las cámaras fotográficas mirrorless, equipos de reciente creación que tienen la capacidad de ofrecer las mismas prestaciones que un equipo profesional, pero son más pequeñas, ligeras y cómodas de transportar.
En estos equipos se sustituye el espejo y el pentaprisma, con el que funcionan tradicionalmente las cámaras análogas, por un visor electrónico más pequeño, aunque con las mismas prestaciones que el mecanismo convencional.
En esa línea, la compañía hoy ya tiene en el mercado la serie Z de cámaras fotográficas, que incluye, por ahora, dos equipos de gama alta, el Z7 y Z6, que pueden, sin problema, dar un rendimiento de corte profesional. “Tenemos ya la primera serie de cámaras mirrorless en el mercado, la cual consideramos que, por su tamaño, puede ser atractiva para nuestros consumidores. Queremos equipos que sean cómodos”, indica Bo Kajiwara.
Entre las prestaciones de estos equipos destaca una que da la posibilidad de seguir usando la gama de lentes intercambiables de Nikon por medio de un adaptador desarrollado ex profeso.
Las cámaras fotográficas tipo mirrorless están al alza, de acuerdo con la Camera Industry Association, con un crecimiento de 460% en ventas tan sólo entre 2016 y 2017. “Nosotros no vamos a dejar de producir, por ejemplo, cámaras para el segmento de compactas; sin embargo, tenemos que enfocarnos en lo que nos puede hacer crecer más, que es el segmento de equipos profesionales”, asegura Kajiwara.
México y Latam
A pesar de que Latinoamérica no tiene un peso preponderante en los ingresos de Nikon, Kajiwara asegura que hay un interés real de la compañía por ampliar su presencia en la región.
“El mercado latinoamericano es muy importante para nosotros; contamos con dos subsidiarias, en México y Panamá, además de distribuidores en la mayoría de los países, y te puedo decir que la región está buscando las mismas tecnologías fotográficas que en otras partes del mundo”, agrega.
El mercado fotográfico de Latinoamérica tiene un valor de 830 mdd, de acuerdo con datos de la consultora Euromonitor, mientras que el de México, en específico, está valuado en 230 mdd.
El mayor jugador en la región es Canon, también de origen japonés, poseedor de 33.2% del mercado; sin embargo, en México el liderazgo lo tiene Nikon, con 38.8%.
“Nosotros le estamos viendo mucho potencial a México y creemos que es un país que podemos seguir desarrollando. Tenemos una presencia fuerte y lo vemos como un bastión importante para proyectarnos en la región”, concluye Kajiwara.
(Con información de forbes)