Al acudir al área de Servicios Periciales adscrita a la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, Omar Jiménez Reyes, de 24 años de edad, fue detenido por agentes ministeriales al confundirlo con un secuestrador con el mismo nombre y edad.

El joven había realizado una cita electrónica para obtener una carta de antecedentes no penales, la mañana del 18 de mayo pasado, como parte del trámite para poder ingresar a la Dirección de Seguridad Pública de Toluca; se encontraba en la lista de cadetes de la corporación.

Al dar su nombre, apellidos y edad, empezó el calvario para el padre de un menor de cuatro años y su familia de escasos recursos, ya que el personal le informó que existía una orden de aprehensión en su contra, bajo la acusación de secuestro, pero pese a alegar su inocencia, fue arrestado.

Una hora después fue recluido en el penal estatal de Santiaguito, en el municipio de Almoloya, pese a las evidencias e inconsistencias que presentó, permaneció casi siete días antes de ser dejado en libertad, y únicamente la autoridad comentó: “Discúlpenos, fue un error”.

“Acudió a realizar los trámites para su trabajo, al salir su nombre en la máquina se lo llevaron por un retrato hablando que ni coincide, tratamos de meter las pruebas necesarias y demostrar su inocencia, son días que pasó injustamente en la cárcel”, indicó el hermano.

Desde ese día, la familia empezó a movilizarse para reunir las pruebas y comprobar su inocencia, tuvieron que desembolsar una fuerte cantidad de dinero que no tenían, por lo que tuvieron que vender algunas pertenencias y pedir prestado entre amigos y conocidos.

Tras permanecer seis días en prisión, donde convivió con doce internos, se logró comprobar su inocencia, fue dejado en libertad, sin embargo, la experiencia lo dejará marcado ante el temor de que pueda ser rechazado en su trabajo por este episodio que dicen es una “manchita” en su expediente.

La familia analiza la posibilidad de realizar una demanda contra quien resulte responsable para lograr que se haga la reparación del daño, pues existió violación a sus derechos al no realizar las investigaciones correspondientes antes de ser llevado al reclusorio por un delito inexistente.

“Es una injusticia lo que se hizo con mi hermano, es algo por lo que nosotros no tuvimos que pasar, quisiéramos que se hiciera la reposición del daño por esto, es algo que afecta moral, psicológica y económicamente, no sabemos si le afectará a futuro”, indicó Israel Jiménez.

Los familiares dicen que fue un daño moral importante para el joven, quien se encuentra visiblemente afectado, a pesar de que trata de retomar su vida normal y temen que pueda ser rechazado de la agrupación de seguridad por esta situación que vivió hace justo una semana, en Toluca.

Añadió que aunado al tema psicológico, la parte financiera fue complicada, al subsistir día a día, sin embargo, era más importante demostrar que el menor de la familia Jiménez Reyes era acusado injustamente por autoridades del Estado de México por un plagio que nunca cometió.