Las famosas “Peleas de Gallos” son tradiciones y prácticas arraigadas en diferentes entidades mexicanas, que pueden preservarse pero que ya son necesarios algunos cambios como el evitar el combate a muerte, dijo el diputado Arturo Álvarez Angli.
“Galleros no son criminales”, miles de familias viven de esta actividad: Osuna Carranco. Piden sancionar todo el mercado de peleas de perros y no sólo la actividad
En el foro “Análisis del Combate de Especies en México” diputados, expertos y veterinarios señalaron pros y contras de las peleas de gallos, y repudiaron la crianza, entrenamiento y comercialización de perros con el fin de combate.
Coincidieron en que pueden preservarse las peleas de gallos para no dañar la economía de productores, pero “evolucionando la actividad” mediante la eliminación del uso de navajas y evitando el innecesario combate a muerte.
Al inaugurar el evento, el presidente de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, diputado Arturo Álvarez Angli (PVEM), señaló que nuestro país está llamado a evolucionar en muchas de las prácticas que se vienen llevando a cabo, algunas de ellas de manera tradicional en la cultura de las diferentes regiones del país.
“México es un mosaico de tradiciones con diferentes gustos, expresiones y que las peleas de animales en algunas regiones, estados y municipios del país, son prácticas y atracciones arraigadas con nuestros antepasados”.
Comentó que en el Congreso se debe discutir este tema hablando, exponiendo, discutiendo y defendiéndolo, en un ambiente de respeto, porque no se quiere ni se acepta más violencia en estos foros. Pero que también, hay una nueva corriente de expresión a nivel mundial y en el país, que rechaza ese tipo de prácticas y también es válido escucharlos.
Álvarez Angli manifestó que “los diputados de esta comisión y los del Pleno, deben tener los elementos suficientes para establecer sus propias convicciones y, en esa medida, poder resolver, dictaminar y aprobar en un sentido estos temas”.
Argumentó que México no puede hacer a un lado, por convicciones personales o por fobias, la discusión de diferentes temas se esté o no a favor de ellos.
La diputada Karla Karina Osuna Carranco (PAN) aseguró que los galleros no son delincuentes, todos los días trabajan y no se puede atentar contra el sustento de mexicanas y mexicanos.
Aseguró que de aprobarse una iniciativa en contra de las peleas de gallos, no procederá, ya que no fue considerada dentro del Plan Anual de trabajo ni en la agenda de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
El presidente de la Comisión Mexicana de Promoción Gallística A.C, Efraín Rabago Echegoyen, dijo que las peleas de gallos son una tradición milenaria originada en otras latitudes, que ahora es del folclor mexicano y se desarrolla en regiones rurales y urbanas; su nobleza no distingue género, edad, religión o condición social.
Con la iniciativa de protección a los animales se vendrían abajo muchos empleos, y, en caso de que la ley sea aprobada, solicitó que en la misma también se mandase la construcción de más cárceles para los millones de galleros que las tendrán que habitar.
Expresó que la tauromaquia, la charrería, los zoológicos, el circo con animales y las peleas de gallo, son historia, tradición, cultura y fuentes de empleo que beneficia a seres humanos.
Edsel J. Bixler, académico y experto en historia Gallística y Fisionomía en Aves, argumentó que el quiebre de empresas relacionadas al gallo de pelea traería una pérdida de fuentes de trabajo y de capital, generaría pérdidas de las tradiciones y la identidad cultural.
La actividad, quedaría en la clandestinidad y la controlaría el crimen organizado. Además, se provocará el abandono y hambre de 50 millones de animales, “como pasó con los del circo”. También habría merma en los ingresos de la Federación -que recibe al año 400 millones de pesos por los permisos-, así como de los estados y municipios.
Es peligroso, dijo, tomar una decisión sin considerar todos los aspectos económicos, sociales, antropológicos y acabar con una actividad tradicional de México. Desmintió que antes de una pelea se le obligue al gallo a estar de pie en las jaulas; al contrario, se le pone en un lugar cómodo, y tampoco reciben entrenamiento básico todo el año, ni se le ponen garras.
César Cornejo Castillo, representante de los empresarios de palenques y organizador de la Expo Industrial y Tecnológica de la Gallicultura en México, resaltó que las peleas de gallos se efectúan de diferentes formas y la actividad gallística nacional genera 500 mil empleos directos.
Precisó que en el país hay 2 mil 440 municipios y existen 3 mil 800 permisos otorgados por la Secretaría de Gobernación para ferias, lo que hace suponer que hay la misma cifra de jugadas.
Este sector es importante, toda vez que se tienen mil 886 forrajeras que venden alimentos para gallos; mil 400 farmacias veterinarias con productos para estas aves; 40 laboratorios que exclusivamente hacen bienes para estos animales, y existen mil 600 variedades de gallos de pelea en el mundo.
María Luisa Guadalupe Zafra de Chapa, representante de criadores de gallos de combate, argumentó que la actividad no es novedad, sino una tradición en el país, y esta industria genera aproximadamente dos millones de empleos directos e indirectos y no es financiada por ninguna institución.
Esta actividad está legalizada y regulada a través de la Secretaría de Gobernación, y existe una norma de sanidad para transportarlos de una entidad a otra. De prohibir esta actividad, se generaría delincuencia y corrupción, y cuestionó cómo se recuperarían los empleos que esta industria genera.
Veracruz es considerado el estado gallero del país, con 212 municipios donde hay 4 mil criadores nacionales, que crean cerca de 5 millones de gallos de pelea y 500 mil de otras modalidades. La derrama económica, además del pago de impuestos, comprende el consumo anual de 438 mil toneladas de alimentos; las empresas dedicadas a fabricar alimentos para gallo de pelea producen 60 mil 720 toneladas anuales y 120 de toneladas de suplementos nutricionales.
De Defensoría Animal MX, Emmanuel Pedraza planteó desarrollar un sistema paralelo para que las fuentes de empleo de quienes se dedican a la gallería puedan seguir vigentes, y sin que las peleas sean a muerte y con objetos ajenos a su naturaleza, como las navajas.
“Se habla de que estos animales –gallos de pelea- nacieron para el combate, probablemente sí, pero en su naturaleza los combates son por jerarquía, eso no significa que la gallina deje una navaja junto al huevo”
Del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, Alejandro Herrera calificó como “la falacia de la tradición” el decir que las peleas de gallo sean buenas, ya que “están en jaula de oro en donde se les trata bien con el propósito de llegar a un fin cruel”.
Apuntó que actualmente las leyes reconocen que está mal el sufrimiento de los animales, pero dejando en claro que quedan exceptuadas las corridas de toros y las peleas de gallo.
Carlos Fernando Esquivel Lacroix, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, propuso evolucionar esta actividad, sin necesidad de abandonarla; evitar el trágico final de los gallos en duelo, ya que, aclaró, estos animales “tienen espolones como armas naturales, no es necesario el uso de navajas para una pelea por la jerarquía”.
En cuanto a las peleas de perros, consideró que el problema comienza desde la falta de educación, debido a que, incluso,vendedores de este tipo de canes que ni siquiera saben cómo escribir de forma correcta el nombre de la raza que comercializan.
La directora del programa Humane Society International –HSI México-, Claudia Edwards Patiño, consideró que las peleas de perro se han vuelto “un espectáculo cruel y un problema de crimen organizado”, ya que, explicó esta actividad es la entrada de la violencia hacia las personas. “Quien atormenta a un animal es capaz de hacerlo con un ser humano”.
Aseguró que nueve de cada 10 personas en México cree que debería sancionarse este tipo de espectáculos, el 86 por ciento de la población está en contra; advirtió que peleadores internacionales de perros vienen a nuestro país para seguir con estas prácticas debido a la prohibición y persecución en Estados Unidos,
“Hay que trabajar por no sólo castigar el delito en flagrancia, sino también la crianza, entrenamiento, difusión, comercialización, aditamentos, el que menores lo presencian -esto hace para ellos que se normalice la violencia- azuzar a los perros e inyectarles medicamento para mejorar su rendimiento en las peleas”, pidió.
Santiago Outón de la Garza, del Programa Universitario de Bioética de la UNAM, alertó que México tiene una sociedad con falta de sensibilidad que asusta, ve la violencia como algo natural, por lo que todo tipo de espectáculo violento debe ser rechazado.
“Para algunos es un espectáculo placentero, incluso una forma de arte, pero en la realidad nadie se ha puesto de acuerdo qué es arte, aunque en la definición se considera arte a la creación, mientras que esta actividad busca destrucción”.