Alejandra Barrios, sus hijos y familiares políticos, aglutinan 11 mil 300 comerciantes informales y a cada uno se les cobra 50 pesos diarios por ‘derecho de piso’, más de medio millón por día.
Se les llama el clan Barrios, y es una familia de líderes asentados en la vía pública de la delegación Cuauhtémoc, quienes desde hace veinte años manejan la calle impunemente ante la mirada del gobierno capitalino.
Se apoderaron de lo que un día se llamó el Primer Cuadro, después, extendieron su imperio por banquetas, estaciones del Metro, paraderos de autobús, parques y cruceros. El emporio está dedicado sobre todo al comercio informal: desde puestos de comida hasta aquellos que venden productos “pirata”.
En el pasado proceso electoral, compitieron por la jefatura de la delegación Cuauhtémoc, de ese magnitud es su presencia en la demarcación. La lideresa del grupo, Alejandra Barrios maniobró para postularse por el PRI.
Mientras una hija de ella, Diana Sánchez Barrios, fue precandidata del PRD y una nuera de Barrios, Lorena Osornio, se postuló como candidata independiente.
La red de control de la familia está hecha por hijos, hermanos, nietos y parientes políticos y representan un flujo de millones de pesos para las autoridades que la permiten y toleran, dijo el periodista Héctor De Mauleón.
El también escritor, compartió en su columna un reporte de la Fiscalía Ciudadana Anticorrupción y una tarjeta informativa interna del área de gobierno de la delegación Cuauhtémoc, donde se visualiza el organigrama del clan.
Según el reporte, Alejandra Barrios, controla dos mil comerciantes del Centro Histórico y de las colonias Roma y Condesa; tiene bajo su dominio dos plazas comerciales del Centro, así como el ambulantaje de Eje Central e Izazaga. De acuerdo con la tarjeta informativa, Barrios responde a los intereses del PRI de la capital.
Diana Sánchez Barrios, hija de la dirigente, controla cuatro mil ambulantes en Roma, Condesa, Santa María la Ribera, Juárez y Centro. Domina también los alrededores del Hospital General, varias calles de Tepito y la avenida San Cosme. Sus agremiados participan en la invasión de inmuebles. Tiene bajo su control tres plazas comerciales.
Los documentos de la delegación aseguran que otra hija de Alejandra Barrios, Graciela Coronel Barrios, maneja dos mil ambulantes e invasores de inmuebles asentados en Roma, Condesa y Centro. El bastión de Coronel se localiza entre los ambulantes de la calle de Haití. Según el reporte, esta lideresa “tiene vinculación con el PAN”.
Los ambulantes de Balderas, el Metro Hidalgo, Artículo 123 y el Barrio Chino —más de mil— se hallaban bajo las órdenes de Sergio Jiménez Barrios, otro hijo de Alejandra, y esposo de la candidata independiente a la jefatura de la delegación Cuauhtémoc, Lorena Osornio.
800 ambulantes de Buenavista y Puente de Alvarado son controlados por un hermano del anterior, Rubén Jiménez Barrios, quien milita en el PRI.
Para extender su mecanismo de control a todos los partidos políticos, el clan Barrios a lió a Silvia Sánchez Barrios, otra hija de la lideresa, a Morena: 300 comerciantes listos para votar y acudir a las plazas al llamado de sus líderes.
Hanna Sánchez Barrios y Marlene Sánchez Barrios, según el reporte de la Fiscalía Ciudadana, controlan respectivamente 500 y 700 comerciantes en la Glorieta de Chilpancingo y el Metro Insurgentes, así como en calles de la Roma y el Centro. El documento indica que Hanna milita en el PRI.
El clan aglutina 11 mil 300 comerciantes informales e invasores de predios, sostiene del reporte de la Fiscalía Ciudadana, lo que representa el 30 por ciento de los que operan en la demarcación. Según el documento, el clan Barrios es dueño de una superficie de alrededor de 24 mil metros cuadrados en calles de la delegación.
Y el “derecho de piso” que cada uno de los agremiados paga al clan es de 50 pesos diarios: más de medio millón al día.