La Comisión de Derechos de la Niñez y Adolescencia analiza exhortar a las secretarías de Salud y de Educación Pública para que lleven a cabo campañas para prohibir el uso excesivo de dispositivos electrónicos a menores de edad, pues dicho abuso genera problemas físicos y psicológicos.
En un punto de acuerdo, el diputado Juan Martín Espinoza Cárdenas (MC) precisó que las consecuencias por el uso excesivo del teléfono móvil son: problemas en la columna, hipoacusia, miopía, insomnio, cambios repentinos de carácter, obesidad, dolor de cabeza, estrés, ansiedad y nerviosismo, entre otros padecimientos.
De acuerdo con especialistas en fonoaudiología, la fatiga auditiva es muy frecuente en personas y niños que pasan muchas horas al día con los auriculares puestos aun con el nivel de volumen moderado, ya que “el simple hecho de que esté directamente en el oído, provoca también una severa afectación en el tímpano”.
El también secretario de la Comisión de Cultura y Cinematografía, añadió que la dependencia a estos instrumentos es muy común, al grado de producir temor en el supuesto de perder el celular, olvidarlo o quedarse sin señal, datos o batería, causal de estrés, enojo, ansiedad, o nerviosismo.
Asimismo, consideró fundamental atender este problema de manera inmediata, así como advertir al gobierno, padres de familia y a quienes conforman las instituciones educativas, que los dispositivos electrónicos como: teléfonos celulares, tablets, laptops y videojuegos, afectan la salud de los menores de edad, debido a que el uso de los mismos no tiene límites.
Es necesario tomar las medidas para que el uso de estos artefactos sea adecuado y no continúe generando y desarrollando enfermedades en los pequeños, toda vez que las relaciones interpersonales también se han visto afectadas por el auge y el crecimiento del mundo virtual, añadió.
Espinoza Cárdenas puntualizó que “las nuevas generaciones, al terminar su carrera universitaria, e incluso una técnica, cuando quieren comenzar a ejercer, se declaran incompetentes para alguna actividad que no conlleva ninguna relación con la tecnología”.
Argumentó que si bien los avances tecnológicos forman parte de la evolución natural del hombre y de su búsqueda por mejorar la calidad de vida, el problema está en el mal uso que se les da. “Lo alarmante es la extralimitación por parte de los menores de edad”.