Los “aluxes” son duendes pertenecientes a la cultura Maya, representados por figuras de barro de diminuto tamaño
Josefa González-Blanco, próxima titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), reconoció en una entrevista para UNO TV que cree en los aluxes e incluso confesó que encomendó a uno de estos seres cuidar la elección y al propio presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
“Les hago un ritual y les digo vamos a cuidar al tlatoani, son rituales simbólicos muy bonitos, muy nuestros de la zona maya”, dijo la futura funcionaria.
González-Blanco aseguró que los aluxes sí existen y que no son parte de una leyenda popular. Además, explicó que ellos necesitan de una casa, ofrendas como juguetes de bejuco, fruta seca y miel.
“Se los dejó y al día siguiente no hay nada, hay quien dice que son hormigas”, detalló.
¿De dónde vienen los aluxes?
De acuerdo con el sitio HuffingtonPost, los aluxes son duendes pertenecientes a la cultura Maya, representados por figuras de barro de diminuto tamaño.
En la antigüedad, los mayas basaban sus creencias en la existencia de tres grandes planos: el cielo, la tierra y el inframundo. En estos puntos no solo habitaban dioses, sino que también los “aluxes”, o aluxo’ob, en lengua Maya. De hecho, los investigadores han encontrado ofrendas realizadas a estos pequeños seres.
En 1993, en las ruinas mayas de Chichén Itzá, investigadores y trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pidieron permiso a los dioses para efectuar sus labores, ya que sentían temor por los fuertes vientos en el área y deseaban protegerse de la ira de los aluxes, los duendes encargados de cuidar los terrenos y zonas arqueológicas.
La leyenda cuenta que los aluxes son seres más antiguos que el propio pueblo maya, son los hombres primigenios, aquellos que construyeron las grandes ciudades. Ellos trabajaban con gran rapidez en la oscuridad porque aún no había aparecido el sol y cuando esto sucedió, se volvieron de piedra.
En la pluralidad hay quienes creen en criaturas fantásticas, como los duendes tan famosos en el siglo XV europeo. Quien será titular de Semarnat, Josefa González cree en ellos. Ese es el soporte intelectual de quien se encargará de labores para las que la ciencia es lo de menos. pic.twitter.com/1FVzEzsgH6
— Arouet (@Arouet_V) 22 de julio de 2018
Estos seres protegen las fincas, los montes, las milpas y sembradíos. Para lograr sus favores, el campesino hacía una petición al Jmeen, o brujo, quien utilizaba barro, agregando unas gotas de su propia sangre, para generar una conexión fuerte entre ambos. El proceso de creación tardaba siete semanas.
Una vez que el proceso concluía, el Jmeen mencionaba el nombre del amo y traía a la vida al Alux por medio de ofrendas y rezos, y luego, lo colocaba en un lugar estratégico para que se convirtiera en su guardián.
Si su amo moría, estos duendecillos quedaban al servicio del dios del maíz, y si la propiedad que cuidaban era ocupada por un nuevo dueño, los aluxes le hacían maldades de todo tipo, bromas pesadas, maltrataban a sus animales y asustaban a sus niños, hasta que el nuevo dueño, cansado les ofrecía comida y oraciones, y así era aceptado.
En ocasiones, estos seres también fueron considerados aliados del mal, por lo que el campesino debía pensar cuidadosamente en la conveniencia de tener un alux a su servicio, ya que si bien le dará siete años de buenas cosechas, al término de ese período corría el riesgo de que el duende se llevara su vida.
Como en todas las tradiciones de duendes, estos pequeños seres suelen ser traviesos y juegan bromas pesadas a las personas que cruzan por sus dominios.