Unos, por apáticos, o porque no creen en este ejercicio, o porque les parece una simulación, o porque están enojados, o porque hay quienes se pasan de listos, o porque nos falta cultura, o por actuar con mala leche, o por tramposos, o por el puro placer perverso de ver qué les sale mal, o por corruptos, o por autoritarios, o porque la legalidad nos vale…
Póngale todas las razones que gusten y manden. Al final de cuentas, lo que está sucediendo con la consulta ¡es un horror!
La consulta “es vulnerable para la ratería, para la corrupción”, dijo a los periodistas Andrés Manuel López Obrador cuando fue a votar.
Pues sí… Tal cual ocurrió.
Una colega periodista, corresponsal de una agencia de noticias francesa con la que platicamos sobre el tema nos decía: “Anoche estaba viendo a Pedro Infante y llegué a una conclusión: López Obrador cree que vive en Nosotros los Pobres y que todos son Pepe el Toro… y el enemigo son ustedes los ricos fifís…”
Ya había dudas sobre este ejercicio por la falta de rigor de la consulta en sí y de la manera como se aplicaría, por lo sesgado de la pregunta, por el rechazo abierto del equipo del Presidente electo hacia el proyecto de Texcoco y su inclinación notoria por Santa Lucía, porque el señor Riobóo aparece en cuanto estudio dudoso proclama el futuro secretario de Comunicaciones, por, por y por…
Bueno, ante lo ocurrido ayer –sufragios múltiples sin manera de identificar credencial ni voto-, ni qué decir. Ni siquiera se ve manera de “limpiar” la consulta.
Nada de esto es para celebrar. Ni para decir “se los dije”.
El hecho es que es una tristeza cómo se preparó y se hizo la consulta, del mismo modo que consterna la manera como algunos reaccionaron –con abuso, burla, desdén- ante ella. En fin, a decir del próximo vocero de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez, a pesar de las anomalías –mismas que, aseguró, ya no habrá-, “la consulta va y va hasta el domingo”.
Y ahora, algo bueno, digno de rescatar:
La afluencia a las mesas para votar ha sido mayor a lo esperado. No sólo en la capital del país, sino en distintas ciudades. Más papelería han solicitado.