La noticia causó expectación en los círculos políticos y repulsa entre la ciudadanía, que hicieron manifiesto su desprecio a Salinas en las redes sociales.
Fue poco antes de la medianoche, cuando el gobierno del estado confirmó la versión en un brevísimo comunicado que envió a las redacciones de los medios locales acompañado de tres fotografías del expresidente y su familia posando para la lente oficial en la zona arqueológica de Edzná.
“En visita a Campeche, el ex presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, su esposa, Ana Paula Gerard y familia, recorrieron esta tarde la zona arqueológica de Edzná”.
En dos de las fotos, Salinas posa abrazando a su esposa. En la tercera, la pareja fue retratada mientras caminaba por una vereda del sitio, seguida por dos de sus tres hijos: Ana Emilia, de 21 años, y Benjamín y Mateo, de 11.
A la derecha del matrimonio, junto a Gerard, quien fue ataviada con la blusa bordada del traje típico de Campeche, aparece un hombre a quien a algún usuario de las redes identificó como como Eric Mendicuti Polanco, “el guía estrella” de la Secretaría de Turismo del gobierno del estado. Y detrás de la familia, escoltas.
Por la noche se suscitó un incidente en el Parque Principal, aunque no se confirmó si estuvo relacionado con la visita de Salinas y su comitiva, o derivó sólo de una acto de prepotencia atribuido al jefe de la oficina del gobernador Claudio Cetina Gómez.
El conflicto se originó porque, al parecer por orden de Cetina Gómez, quien por cierto promueve políticamente su imagen en pos de la alcaldía de esta capital con una campaña en la que insta a los campechanos a “cambiarse el chip”, el ayuntamiento de Campeche instaló sillas frente a la biblioteca Campeche poco antes de la proyección del video mapping, el espectáculo de luz y sonido que se presenta todas las noches ahí como atractivo turístico.
Pero apostó ahí a un grupo de funcionarios, enguayaberados y de mediana jerarquía, para cuidar que nadie que no fuera del selecto grupo de personas para el que se instalaron, ocupara los asientos.
Visitantes con adultos mayores o discapacitados pidieron permiso para ocupar algunas de esas sillas, pero les fue impedido por los funcionarios del ayuntamiento porque todas estaban reservadas.
La indignación ciudadana arreció cuando se constató que los visitantes “V.I.P.”, eran desconocidos, entre ellos varios muchachos que llegaron entre un grupo de escoltas.
La comitiva llegó además con un perro de la raza pastor alemán que corrió en libertad defecando a sus anchas en las jardineras del parque principal, ubicado en pleno corazón del Centro Histórico, declarado por la Unesco “Patrimonio Cultural de la Humanidad”, sin que sus dueños ni el personal a su servicio se ocuparan en recoger sus heces.
La última vez Carlos Salinas estuvo en Campeche, al menos hasta donde se sabe, fue el pasado 25 de junio, y lo hizo para reunirse con la cúpula priista campechana en una comida que tuvo lugar en la residencia del gobernador Alejandro Moreno Cárdenas.
La reunión y su propósito sigue siendo un misterio, pues ningún asistente ha hecho comentario alguno acerca de ella, con excepción del exgobernador Jorge Salomón Azar García, quien en su momento la hizo pública con un tuit, en el que agradeció al gobernador la invitación para convivir de nuevo con Salinas.
Y aunque no hizo ninguna alusión, ni dejó ninguna pista de dónde, ni cuándo, ni porqué se organizó el evento, trascendió que la comida tuvo lugar en la mansión, estimada en casi 100 millones de pesos, que inexplicablemente habita ahora el gobernador en el fraccionamiento Lomas del Castillo, una inexpugnable privada de lujo ubicada a unos metros del Fuerte de San Miguel, en el cerro del mismo nombre.
Aquella inesperada visita de Salinas se dio un mes antes de la Asamblea Nacional del PRI en la que se modificaron sus estatutos para poder postular a un candidato externo, que es el caso de José Antonio Meade Kuribreña, y se cometa que asistieron diversas figuras de las altas esferas de ese partido.