“Hoy soy un número más en las estadísticas de la injusticia”, aseguró Nelly.
La mujer, de 31 años de edad, alzó la voz y denunció a su primo, al que acusó de violarla en febrero pasado, luego de una fiesta familiar en la colonia San Isidro, en Cuautitlán Izcalli.
Brandon Gustavo Basurto Chávez, de 22 años de edad, fue detenido y vinculado a proceso por el hecho delictuoso de violación, pero su defensa apeló y finalmente una jueza de control revocó la medida y otorgó la no vinculación a proceso del joven.
“Él está por salir y pues, una vez más, la ‘justicia’ deja por alto una violación comprobada, soltando a un violador en potencia. Tengo datos de las carpetas administrativa y de investigación que puedo aportar, las que a todas luces han sido manipuladas y omisas”, aseguró Nelly.
La joven relató que el 6 de febrero pasado acudió a una comida familiar en la casa de uno de sus tíos, en la colonia San Isidro, Cuautitlán Izcalli.
“A las tres de la mañana nos fuimos a dormir. Mi tío, el dueño de la casa, asignó una recamara para las mujeres, en la que nos quedamos seis mujeres, pues contaba con dos camas. Se cerró la puerta y caí profundamente dormida”, relató.
Añadió: “Al siguiente día despierto, veo y siento a mi primo sobre mí. No daba crédito a lo que estaba pasando. Sentía dolor, intenté hablar y me dijo que me durmiera, que no pasaba nada, tapándome la boca. Alcanzaba a ver que entraba una luz y las chicas que se habían dormido conmigo, incluyendo a mis primas, ya no estaban allí”.
Mencionó: “Intenté moverme y no pude, mis piernas y brazos no tenían fuerza. Sin embargo podía sentir que me estaba penetrando y ver su asquerosa cara. El miedo me invadió, pues no daba crédito a lo sucedido. No sé cómo logré reaccionar, que al mover mis brazos para empujarlo me sostuvo de los brazos y se quitó, por lo que, como pude, me subí mi pantalón y calzones, traía puesta mi blusa y abrigo. Él volvió a acostarse”.
Nelly no calló. Contó a sus primas lo sucedido y enseguida a su tío, padre de Brandon Gustavo.
“Juntos entramos a la habitación donde aún continuaba ‘dormido’. Mi tío me dijo que quizá vi o sentí mal, que mi primo estaba dormido, que después lo arreglaríamos y que me callara. Así que desperté al sujeto y pude darle un puñetazo rompiendo su labio. Primero dijo que no sabía de qué estaba hablando y después se puso a llorar, confesando que si me había violado y pedía perdón, eso lo escucharon las dos personas que entraron conmigo”.
Agregó: “Así que me salí de ese lugar y varias de mis primas se me acercaron y me dijeron que él les había hecho lo mismo, que se había propasado o más experiencias así. Lloramos y lo primero que hice fue llamar a mi mamá”.
Nelly también llamó a la policía. Sus primos custodiaron el cuarto donde estaba el joven, para evitar que escapara. El padre de Brandon Gustavo intentó disuadirla de presentar la denuncia, pues “eso lo arreglaría o que quizá, después yo lo olvidaría”.
Las cosas cambiaron y la familia se dividió. Una parte apoyó a Nelly, pero otra dudó de sus acusaciones.
“Después de que se encerraron con el que me violó en esa habitación, él dijo que había sido sexo consentido y la familia se dividió desde ese momento. No podía creer que quienes escucharon que él dijo que me violó y pidió perdón, dijo que no sabía nada y que no escuchó nada. Además de que mi abuela y tías empezaron a decir, que quizá me había gustado, pues no grité o hice nada cuando estaba pasando, si es que pasó, además de que ni que fuera una niña de diez años”, mencionó.
Agregó: “Yo tengo 31 años y déjenme comentarles que en esos momentos me sentía desvalida, como si tuviese cinco años. Es una sensación que jamás me gustaría que nadie la pasara. Todos esos comentarios me hacían dudar, me hacían sentir vergüenza y culpable, pero yo sabía que él me lastimó”.
La pesadilla para Nelly continuó. En el Ministerio Público rindió su declaración y fue sometida a diverso exámenes, “que aunque dicen tienen un ‘trato humano’ me parecía de lo más humillante y vergonzoso”.
Expresó: “Por mi mente solo pasaba pensar en ¿qué pasaría con la familia de mi mamá, se fracturaría?, si de por sí nunca la han considerado como parte de la familia, ¿ahora qué pasaría? Aún con esas interrogantes, mi madre fue firme en su postura y en lo que yo debía hacer y me dio su apoyo. Al salir de la agencia de Investigación me llevo la sorpresa de que todos estaban y están en mi contra”.
Nelly mencionó que su primo declaró hasta el día siguiente, no le realizaron exámenes físicos para determinar si había consumido drogas y no agregaron resultados de otros exámenes, además de que su declaración fue alterada y no está firmada, cuando ella sí firmó la declaración original.
“Todas esas irregularidades las hice notar y el Ministerio Público sólo me dio evasivas. Se le sujetó a proceso y hoy me encuentro con este resultado, sin juicio ni nada, ya saldrá libre. Y es como si yo no hubiese puesto acusación, siendo que está acreditado el delito, pues se considera en flagrancia debido a que lo detuvieron en el lugar de los hechos”, aseguró.
Por los hechos se inició la carpeta de investigación 565650970043316 y la carpeta administrativa 113/2016 fue radicada en un juzgado de control de Cuautitlán.
Detalló: “Con esas inconsistencias, el Ministerio Público siguió el proceso y no me cabe en la cabeza cómo es que la juez o jueces eso no lo apreciaron y no piden más elementos. Ignoro de qué se valen para dictar algo así”.
La denuncia fue integrada por el licenciado Osirys Álvarez Álvarez, de la Agencia Especializada Contra la Violencia a las Mujeres de Cuautitlán Izcalli.
Concluyó: “Como es de esperarse, la familia quiso que me callara, y como denuncié, a excepción de papá, mamá y hermanas, todos se me voltearon, haciéndome de una reputación de prostituta. Con mentiras, dinero y calumnias consiguieron el señalamiento social, que honestamente no me interesa, porque no callé, hablé y eso vale todo”.