El ritual de los días 28 ¡Todo sea por San Juditas!

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Hernán Cortés era un ferviente devoto de San Hipólito.

Sobre una de las avenidas más grandes del mundo, el Templo de San Hipólito y San Casiano es uno de los santuarios católicos más importantes del país, gracias en gran medida al incremento de devotos a San Judas Tadeo en la Ciudad de México.

A pesar de que hasta hace poco más de 50 años en México oficialmente no se brindaba culto al santo del vestido blanco y la túnica verde, las variaciones sociales, culturales y demográficas sufridas por el otrora Distrito Federal, han convertido al templo de San Hipólito en un ícono del catolicismo nacional.

Foto: Letra Roja
Foto: Letra Roja

Actualmente, la costumbre de los feligreses mexicanos es celebrar un rito de agradecimiento a San Judas el día 28 de cada mes. El santuario ubicado en la esquina de las avenidas Reforma e Hidalgo, en el centro de la ciudad, es la sede principal de las celebraciones mensuales.

Sin embargo, de acuerdo con documentos históricos y con el testimonio de personal del templo, originalmente la iglesia fue construida como una especie de emblema o símbolo de la conquista de la antigua Tenochtitlan por los españoles, comandados por Hernán Cortés, quien era fiel devoto de San Hipólito.

El templo del santo de las causas perdidas

Pablo es el encargado de controlar y administrar las miles de veladoras y cirios recabados en el templo de San Hipólito anualmente, aunque también se ocupa de organizar, contabilizar y calcular las donaciones de ropa y comida que recibe el dispensario del lugar.

Foto: Letra Roja
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Desde hace más de 15 años presta sus servicios al santuario y sus compañeros reconocen que ningún miembro del personal actual conoce tanto el santuario, sus funciones y los rituales practicados dentro del enorme edificio como él. Pablo domina de memoria la historia y el funcionamiento de la edificación.

Como la mayoría de historias sobre la conquista de los pueblos prehispánicos por la corona española, la de Tenochtitlán está ligada directamente con la evangelización impulsada por la iglesia católica. La caída de una civilización tan avanzada como lo fueron los aztecas fue simbolizada con la construcción de la capilla que se asoma en la actual colonia Centro Histórico de la Ciudad de México.

Hace casi cinco siglos, el 13 de agosto de 1521, se comenzaron los trabajos de edificación de la antigua ermita de los mártires, sin embargo, siendo Hernán Cortés un ferviente devoto de San Hipólito, se decidió brindar culto a dicho personaje y en 1524 el templo fue rebautizado con el nombre del filósofo romano.

Hace poco más de cinco décadas, la congregación de claretianos, responsables del mantenimiento y las recientes remodelaciones del templo, decidieron importar desde Chicago la primera figura de San Judas al santuario. Hoy en día, reconoce Pablo, la cantidad de feligreses que se acercan a orar a San Hipólito es mucho menor a quienes dedican sus plegarias a San Judas Tadeo.

Foto: Letra Roja
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Aunque la devoción por el santo tiene sus orígenes lejos – al menos en términos geográficos – de México, la cercanía del mártir con sus feligreses radica en que es considerado como el ‘santo de las causas imposibles’. Esto último, indica el entrevistado, podría explicar la identificación de tantos devotos jóvenes con dicha divinidad.

El negocio detrás del culto

Con ciertas excepciones, para la iglesia católica, el día conmemorativo en honor de algún mártir se suele determinar de acuerdo con el día del sacrificio final por parte de quien ofreció su sangre en defensa de la fe. Según algunas leyendas, ‘San Juditas’, como también es conocido, ofreció su vida el 28 de octubre del año 78 de nuestra era.

Por ello, algunos sectores de la comunidad latina en Estados Unidos festejan en esa fecha el día del santo que lleva en la mano el bastón con que fue apaleado hasta la muerte por un pueblo pagano en la antigua ciudad de Mesopotamia. Esa costumbre se arraigó tanto en México que actualmente se lleva a cabo el ritual cada día 28.

Foto: Letra Roja
Foto: Letra Roja

Gracias a la ascendente popularidad de San Judas en la Ciudad de México, la mayoría de negocios que giran alrededor del complejo que comprende el exconvento, hospital psiquiátrico y el templo de San Hipólito y San Casiano ofrecen productos religiosos, en su mayoría con la imagen de San Judas Tadeo.

Entre rosarios y escapularios

Doña Irma vende rosarios, pulseras, escapularios y veladoras impresas con la representación de Jesucristo, la Virgen de Guadalupe y algunos otros santos a las afueras del templo. Pero la gran mayoría de artículos poseen los colores verde, blanco y amarillo, pigmentos con que suele representarse a San Judas en México.

Ella, confiesa un poco sonrojada, comenzó a vender estos artículos luego de notar un gran incremento de asistentes a las celebraciones del 28. Como los locatarios que se encuentran en el pórtico del templo, reconoce que las ventas se elevan hasta en un 400 por ciento en ese día del mes, lo que les permite continuar con el negocio.

Foto: Letra Roja
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Además de ello, la señora Irma admite ser una ferviente seguidora de San Judas y que le divierte recibir la visita de tantos jóvenes comprometidos con el santo, a quien muestran su agradecimiento cada mes a través de la donación a otros feligreses de algunos objetos simbólicos, los cuales pueden adquirir en su establecimiento.

Lo mejor, dice la mujer de unos 50 años de edad, “es ver que llegan personas de todas las edades a convivir durante las 18 misas que se ofrecen en esos días y saber que algunos chavos que la sociedad rechaza y que tacha de delincuentes o de buenos para nada, pueden llegar a un lugar donde encuentran cuando menos un instante de paz”.

 

Fuente : Letra Roja

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