Friday 19 de April del 2024

San José Aculco, el panteón de la brujería

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Hace casi 50 años que Don Clemente Rodríguez donó la tierra para su construcción

El panteón de San José Aculco está ubicado en una de las zonas con mayor acumulación de agua en Iztapalapa. Pero la mayor característica del cementerio es la práctica de la brujería. Se trata de uno de los más pequeños de la Ciudad de México al contar con 668 tumbas.

El actual terreno que ocupa el cementerio era un tiradero. Primero sembraban verduras. Después hicieron casas, luego las tiraron. Eran casas de paja. El panteón tiene casi 50 años desde que Don Clemente Rodríguez donó la tierra para su construcción.

Pablo es quien cuida el panteón desde hace seis años. Es hijo de Don Pablo Rodríguez Urrea, quien ahora tiene 98 años de edad y cuidó el cementerio durante 28 años, desde 1983.

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En San José Aculco avientan bolsas con “trabajos” de brujería y algunas tienen el nombre del panteón, lo que quiere decir que se reparten entre varios cementerios.

Pablo contó a Letra Roja que hace como un año y medio encontró cinco fotografías de unas señoras con sangre atrás, a quienes les deseaban cosas “malas”.

“De esquina a esquina saco hasta diez bolsas con trabajos. En la entrada de la iglesia han dejado cazuelas con cabezas de marranos o perros muertos sin cabeza”, aseguró.

Para Pablo hay dos momentos que marcaron su estancia en el panteón: “Una vez entró una señora con una bolsa, daba vueltas y vueltas hasta que le pregunté qué necesitaba y me di cuenta que traía el feto de un bebé. Eso es un delito. Me daba cincuenta pesos para que la dejara enterrarlo. En otra ocasión, una madrugada de hace casi dos años, hicieron un ritual. Había maíz, frijol y al centro de un círculo estaba la Santa Muerte. Además dos gallinas con sangre muertas, pichones, una tortuga y hasta una víbora”.

Es un panteón en el que no existe inseguridad durante el día, pero en las noches se brincan las bardas. No para robar, pero sí para hacer rituales. Cuando Pablo llegó a cuidar pidió a la delegación unas patrullas para que vigilaran, porque es a la una o dos de la madrugada que se saltan, pero hasta el momento no las han asignado. “Para brincarse utilizan una escalera, incluso han detenido a santeros”, comentó.

Foto: Letra Roja
Foto: Letra Roja

Don Pablo Rodríguez es un fiel testigo de la construcción del panteón. Sepultó alrededor de trescientas personas. “Hace muchos años entraba la gente a robar los jarrones de las tumbas”, contó. Él llegó al cementerio a la par que Erasmo Alvarado, quien acababa de morir.

Foto: Letra Roja
Foto: Letra Roja

San José Aculco no tiene basura, los visitantes se encargan de recoger sus desperdicios. Las tumbas son sencillas y amontonadas. Pero la brujería es el verdadero problema de todos los días.

FUENTE : LETRA ROJA

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