Se avizora una parálisis administrativa

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Es tan grande el recorte administrativo que se está aplicando, que no tardará en darse una parálisis administrativa

Martha Anaya / Alhajero / Heraldo de México
Incertidumbre, angustia, desazón, enojo, rabia… Eso es lo que he encontrado en estos días al recorrer los pasillos del Congreso y de distintas secretarías y dependencias del sector público.

Lo he visto en trabajadores de muchos años –sin colores partidarios la gran mayoría- que hoy, o han sido despedidos, o les han pedido sus renuncias, o aguardan sin saber qué pasará con ellos y sus empleos. La mayoría de quienes hoy padecen esta situación, valga subrayarlo, no ganan grandes sueldos, ni mucho menos pertenecen a la llamada burocracia dorada. Son trabajadores medios, de confianza –contratados por honorarios muchos-, que conocen su chamba y han hecho huesos viejos aquí y allá. No hay conversación en la que no salgan a relucir sus tribulaciones. A unos ya los corrieron sin mayor miramiento. A otros les pidieron la renuncia. A la gran mayoría restante ya les quitaron incentivos, bonos y/o apoyos extras. -Hay veces que salimos a las tres de la mañana por alguna cosa especial que se requiere y ya ni siquiera nos dan para el taxi (antes se hacía)-, mencionan unos. -Ahora quieren que vengamos todos los sábados a la oficina, aunque no nos necesiten-, acusan otros.

-Nosotros no sabemos todavía qué va a pasar en nuestro caso, nadie se ha presentado aún en la oficina-, mencionan en otros espacios.

Las charlas se extienden. Sus frustraciones se hacen patentes. Queda claro que tarde o temprano –más temprano que tarde- no sólo ellos, sino también compañeros suyos sindicalizados que se están solidarizando con su situación, harán lo propio. Lo que se ve venir es una huelga de brazos caídos. Una paralización de la administración pública.

Pero de ello no parecen darse cuenta las cabezas del nuevo gobierno. Sus afanes están concentrados en ahorrar lo más posible, millones y millones de pesos –llevan la cuenta al dedillo-, para ofrendarlos a López Obrador. En su competencia por ver quién queda mejor con el hoy Presidente de la República, no reparan en el daño que están provocando en su derredor. Y eso, traerá consecuencias…

 

 

ACUERDO ENTRE MINISTROS Y DIPUTADOS.- En la arena pública, los ministros de la Suprema Corte llevan las de perder. Y enfrentarse al mejor gladiador en ese terreno (AMLO), era realmente suicida. Buscaron pues el acuerdo. La vía fue el coordinador de los diputados de Morena, Mario Delgado, con quien se sentaron a desayunar ayer. Una decisión salomónica lograron: solamente quienes ingresen como nuevos ministros, verán reducido su salario para que nadie gane más que el Presidente (los actuales mantienen sus remuneraciones).

 

 

GEMAS: Obsequio de Teresa Bracho, consejera presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación: La propuesta de eliminar un organismo autónomo representa un atentado del nuevo gobierno contra el sistema de pesos y contrapesos de nuestra democracia y en particular contra los órganos constitucionales autónomos.

 

Martha Anaya / Alhajero / Heraldo de México

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