“NO SE PUEDE MOVER UNA PLANTA O UNA PIEDRA” PARA CONSTRUIR UN AUTOPISTA EN EL EJIDO DE TOCUILA

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Ni la empresa que tiene la concesión de la construir la autopista Pirámides-Texcoco, ni el gobierno federal puede “mover una planta o una piedra” del ejido de San Miguel Tocuila, ya que existe el amparo 349/2016 que aceptó el juzgado noveno,  para que no se construya nada en esa zona hasta que se resuelva el juicio.

Esto lo informó el abogado de los ejidatarios de Tocuila, Ricardo Lagunes Gasca, en asamblea que se realizó en el museo del Mamut, a la cual asistieron campesinos de la tercera edad, en su mayoría y sus hijos.

Ricardo Lagunes Gasca dijo que el amparo no tendría valor si los campesinos no se hacen presenten en sus parcelas y reclaman sus derechos de pueblos originarios.

Reconoció que el gobierno federal violenta este derecho constitucional y se mete al ejido de San Miguel Tocuila para continuar las obras de la autopista que cruzara por esas tierras con destino a lo que será el nuevo aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Dijo que el gobierno federal y la empresa que construirá la autopista no cuenta con el permiso ejidales, ya que no se trató en asamblea.

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“Los trabajos que han tratado de realizar o los pocos que han realizado para construir la autopista son ilegales; no están respetando el derecho de la comunidad, a su propiedad, a la libre determinación, autonomía y la libertad de la comunidad respecto a sus tierras”, expresó el abogado a los campesinos que asistieron a la reunión.

Aseguró que le gobierno pretende imponer la obra de la autopista y están usando la fuerza e imposición.

Antes el ejidatario, Jorge Espinosa Elizalde, señaló que cualquiera tiene derecho a vender sus tierras, pero les pidió reflexionar a los campesinos, ya que se juegan el futuro de sus hijos y nietos.

Dijo que un intermediario de la empresa llegó a ofrecer de 350, 800 o mil pesos por metro cuadrado a “mi me han dicho que te conviene unos manojos de millones para que tengas para vivir, pasearte, pero veo que lo que se quieren llevar es el agua”.

Recordó que anteriormente se obtenía agua a ras de suelo, pero hoy se tienen que excavar de 60 a 70 metros para encontrar el vital líquido.

Espinosa Elizalde manifestó que “a nosotros no nos costaron las tierras, pero a nuestros abuelos y bisabuelos si derramaron su sangre por ella”.

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