A simple vista
El primer indicador es el corcho. Si notas que está ligeramente salido de la botella quiere decir que el vino se ha sobrecalentado y expandido dentro de la botella y que el corcho se encuentra contaminado. Según la sommelier Jordan Salcito un buen consejo es oler la corteza y si es similar a la de un “perro mojado”debes desecharla inmediatamente.
Los indicadores clave incluyen un cambio en el color, de púrpura a marrón rojizo y cuando se trata de blancos claros pasan a dorado. Un cambio en la opacidad generalmente indica que algo anda mal.
Olores fuertes
Hay una bacteria en el vino que convierte el alcohol en ácido acético, básicamente en vinagre. Una sugerencia para detectarlo es que si el líquido tiene un olor similar a la acetona o azufre o si el aroma de un vino es mohoso quiere decir que no funciona.
Sabores dulces
Cuanto más maduras son las uvas, más azúcar tienen. Esto quiere decir que si la botella de vino sabe a un licor más dulce, se ha sobreexpuesto al calor y, por lo tanto, no se puede beber.
Efervescencia
El proceso químico que consta de la reacción de un ácido con un carbonato o bicarbonato de sodio, sucede cuando la uva se está fermentando. Si su sabor es gaseoso y no es un vino espumoso no debe beberse.
Extra: Usa todos tus sentidos, ¿por qué sospechaste que ese vino era cuestionable desde un principio?