José Antonio Sánchez Jiménez fue sentenciado a 43 años y seis meses de cárcel por someter a trabajos forzados a ocho de sus víctimas, informó la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
El impartidor de justicia 51 Penal, con sede en el Reclusorio Preventivo Oriente, impuso, además de la cárcel, una multa de un millón 678 mil 800 pesos por la comisión de los delitos de trata de personas agravada, en su modalidad de trabajo forzado y corrupción de personas menores de edad.
Sánchez Jiménez vivía con las agraviadas en un domicilio localizado en la delegación Cuauhtémoc, a quienes obligaba a vender golosinas, cigarros y agua de las cinco de la mañana a las diez de la noche en las colonias Santa María la Ribera y Roma, cuando regresaban les quitaba el dinero, además, mantenía una relación sentimental con tres de ellas.
Una vez iniciada la denuncia en la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Trata de Personas, una de las afectadas refirió que en 1999 conoció a José Antonio Sánchez Jiménez quien desde entonces le exigía laborar en la vía pública; al paso del tiempo observó que comenzó a llevar a otras mujeres a vivir en el mismo inmueble.
Cabe precisar que una de las concubinas era hija de José Antonio Sánchez, con quien tuvo un bebé y cuyo proceso de corrupción inició desde que tenía 15 años de edad.
Como el inculpado se dedicaba a cuidar vehículos en la calle, se llevaba a dos menores de edad para que le ayudaran. En tanto, a las mujeres las mandaba a cinco puntos de las zonas mencionadas.