Resulta que las altas temperaturas y la sequía en Guanajuato provocaron que surgiera de entre el agua una iglesia que desde hace 40 años había estado sumergida en la comunidad de El Zangarro.
Se le conoce como el Templo de la Virgen de los Dolores, que data de mediados del siglo XIX y de la que se dice fue relevante desde la época virreinal porque ahí se situaban oficinas del registro civil y la vicaría de la entonces conocida como Villa Real de Mina de Guanajuato.
“Era concurrido el lugar, la parroquia, porque ahí se encontraba el registro civil y la vicaría, tenía el permiso para realizar ese tipo de trámites, por eso era un lugar muy importante”, explicó en entrevista para Crónica Dulce María Vázquez, directora del Archivo Municipal de la ciudad de Irapuato, ubicada a 25 kilómetros del templo.
“Cuenta la historia oral que les costó mucho irse del lugar, más que por las construcciones, por el sentido de pertenencia al lugar. (…) Unos cuantos se resistieron hasta que vieron que ya era una realidad que el agua llegaría para cubrir todo el poblado”.