El mundo del espectáculo está en vilo porque una bomba acaba de estallar. Resulta que hace años se publicó un libro llamado Amarga seducción (2004) de la periodista Claudia de Icaza y parece ser que por fin alguien lo leyó porque en él, Sergio Andrade revela que tuvo un “noviazgo” con la querida Pati Chapoy.

Si no sabes de lo que hablamos seguramente las palabras Sergio Andrade, Gloria Trevi, Clan Trevi-Andrade y Pati puedan revivir tu memoria un poco, pero este nuevo descubrimiento sobre una relación nos tiene con el Jesús en la boca a todos porque…

¿Realmente Andrade tuvo algo que ver con Pati Chapoy?
En el mencionado libro, Andrade platica con Icaza y le revela lo que pasó con la señora Chapoy, quien en reiteradas ocasiones negó su amorío.

Según Icaza, Andrade le mandó un mail en que se podía leer:
“Vi unas declaraciones donde negaba su relación conmigo haciéndose la chistosa pues sabe que para ese viaje ella sí tiene coartada, pues no pasó nada y ya lo nuestro había terminado años atrás. Y yo, a pesar de sus renovadas embestidas no daba pie a nada, ni tenía el más mínimo interés por ella (Pati)”.

Además, en el mismo mail, Andrade asegura a Icaza que si bien Pati se pintaba a sí misma como una inocente y ejemplar madre de familia, en realidad, estaba “loca” por él.

“(…) todos los que me rodeaban en aquella época (1983-1984) se daban cuenta de lo apasionada que andaba por mí, cómo me buscaba, me seguía, me llamaba, me festejaba e iba conmigo a muchas partes. Nos veíamos en cualquier punto de la ciudad y se iba a mi casa que está en Burgos, Cuernavaca, y regresábamos ya tarde (…) salíamos a comer a un restaurante discreto o ella iba a mi oficina, y hasta se permitía bromas tontas, como, al pasar por Tres Marías, decir: ‘Ay, no vaya estar el carro del Álvaro (Dávila) ahí. Déjame ver’, y se reía. Iba toda acelerada, sin soltarme de la mano o el cuello mientras manejaba”.

De acuerdo con lo que Andrade le reveló a Icaza, él y Pati se conocieron en Siempre en domingo en la sala de la fotocopiadora del programa y ella, siempre fue muy aventada con él. De hecho, estando ahí le habría dicho lo siguiente.

“Ella llegó, cerró la puerta, se me arrimó y me dijo: ‘¿Qué nos das Andrade? ¿Qué nos das que nos traes loquitas?’”.