Tacuba y Tacubaya, invadidas por informales

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En la Miguel Hidalgo la “limpia” de ambulantes parece selectiva; mientras barrios como Polanco están libres, hay otros como Tacubaya donde el comercio informal convulsiona el paso.

Pocas demarcaciones muestran postales tan contrastantes como la Miguel Hidalgo. Está el caso de Álvaro Obregón, donde una glorieta divide la futurista Santa Fe repleta de corporativos, del pueblo en que la pobreza brota de las coladeras, aunque no resulta tan sectario.

En la demarcación comandada por la panista Xóchitl Gálvez Ruiz, las acciones para mejorar las condiciones de los espacios públicos y vialidades, parecieran aplicarse únicamente a zonas de alto valor adquisitivo como Polanco y Bosques de las Lomas, para dejar otras a merced de los vendedores ambulantes y su ley.

Metro Tacuba.
Metro Tacuba.

Ejemplos de lo anterior hay muchos, aunque pocos tan preocupantes como las inmediaciones de los metros Tacuba, Tacubaya y la avenida México-Tacuba. En esos corredores de la informalidad se pueden conseguir de todo: comida, ropa de diseñador, artículos para celular, joyería, películas, discos y videojuegos, cada artículo más pirata que el otro, en puestos sucios, hediondos o mal acomodados que no conforme con dificultar el paso, muchas veces se vuelven comparsa de la delincuencia.

Metro Tacubaya.
Metro Tacubaya.

Ambulantes inconformes

Los jueves son días de guardar para el comercio informal en la Miguel Hidalgo. Es el día que por ley no tienen permitido instalarse en la vía pública. Pero eso no es impedimento para los ambulantes, quienes movidos por la necesidad de llevar dinero al hogar, hacen caso omiso a la norma y venden como en cualquier jornada.

Ya sea en los accesos de la línea 2 (Azul) y 7 (Naranja) de Tacuba, en las salidas de la 9 (Café) y la 1 (Rosa) de Tacubaya, o en las aceras de la México-Tacuba, las escenas se reproducen de forma exacta. Algunos comerciantes deciden no vender para -en un hipotético escenario- no toparse con las autoridades, pero dejan las estructuras metálicas montadas para iniciar rápido al día siguiente.

Metro Tacuba.
Metro Tacuba.

Otros tantos, con un poco de descaro, desarman los puestos al filo del medio día, sólo para volver a colocarlos entre seis y siete de la tarde, cuando el sol se esconde y los policías son más permisivos. Pocos son quienes retiran los puestos un día antes, y los ponen uno después, una minoría en realidad, por no decir un porcentaje insignificante.

Cobijados por un sistema jurídico famoso por no hacerse valer, el grueso de los comerciantes continúa la venta sin aspavientos. Se colocan por encima del marco legal,  conscientes de que el “músculo” de su gremio es igual de fuerte a las autoridades.

Avenida México-Tacuba.
Avenida México-Tacuba.

En noviembre pasado, apenas un mes después de asumir el cargo, más de 300 vendedores ambulantes se plantaron en la explanada delegacional para reclamar a Gálvez Ruiz la validación de los permisos para vender, en teoría trabajo del City Manager, Arne Aus Den Ruthen, a quien acusaron de levantar los puestos sin previo aviso.

Para ella, en realidad todo se trató de un chantaje fallido a cargo de los líderes ambulantes -integrantes del grupo de Alejandra Barrios- con el propósito de mantener los supuestos acuerdos contraídos con el gobierno del perredista Víctor Hugo Romo, para no retirarlos a cambio de una cuota.

Avenida México-Tacuba.
Avenida México-Tacuba.

Además, señaló que le parecía demasiado extraño que la protesta de los informales, acusados de no aceptar el programa de reordenamiento, se produjera tras el despido de Bibiana Murguía, hermana del líder ambulante Óscar Murguía en la Miguel Hidalgo, por cobrar en la nómina oficial como aviadora.

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