Mientras “La Degolladora” ande suelta, los vecinos de los barrios bajos de Chimalhuacán estarán en alerta.
Aunque el temor de los primeros días aún persiste, en las calles hay quienes se sienten más tranquilos armados con palos y tubos, y en algunos casos, con gas lacrimógeno.
“Mi papá nos dice que lo carguemos (el gas) cuando salimos solas, cuando vamos a la tienda”, confiesa una joven.
La muerte de dos mujeres, de 29 y 16 años, así como las heridas a otras siete personas, cometidos presuntamente por la misma atacante, mantuvieron en vilo a los habitantes la semana pasada.
Los reportes oficiales refieren que las agresiones se suscitaron entre el 14 y el 18 de septiembre.
En todos los casos las víctimas señalaron que, en un descuido, una mujer delgada de entre 20 y 25 años de edad, bien vestida, los atacó con un arma punzocortante sin mediar palabra.
Pese a que en la zona hay 10 cámaras de videovigilancia de la Policía Municipal, según las autoridades ninguna ha logrado captar a “La Degolladora”.
“Nos hemos estado organizando, no se sabe qué va a pasar si la llegan a agarrar, la pueden linchar, depende del tipo que la agarre”, indicó unas de las víctimas en el Barrio Pescadores, donde se prevé la instalación de alarmas vecinales y mantas de advertencia.
“Seguimos igual como antes, hay varias que sí salen con sus palos”.
En los barrios bajos, conocidos así porque es la parte del Municipio asentada en el vaso del ex lago de Texcoco, el temor obligó a los vecinos a exigir mayor patrullaje, reparar luminarias, retirar autos abandonados y salir en grupo con silbatos y objetos contundentes en la mano.
Según los testimonios, tras los ataques los patrullajes se incrementaron, pero poco a poco han ido a la baja.
“Nada más han hecho acto de presencia estos días, diario, pero está muy sólo; mi hija ya mejor ni sale, ya todos salen acompañados por cualquier cosa que pase”, dijo Laura, una comerciante.
Los agentes ministeriales acudieron a la zona del primer ataque el 22 de septiembre, 8 días después de que inició la serie de agresiones, según señalaron.
“Los ministeriales traen unos retratos hablados, la están buscando”, indicó un agente estatal en el Barrio Labradores.