Con el asesinato del subdirector de seguridad pública de Chicoloapan, Jacob Peláez Rojas, a manos de mototaxistas, quedó en evidencia el alcalde priista, Medardo Arreguin Hernández, ya que no cuenta con seguro de vida para garantizar la estabilidad económica de la familia del oficial caído.
Ayer domingo, se realizó una ceremonia luctuosa al subdirector, pero hoy la familia está desbastada y sin respaldo económico para seguir con su ritmo de vida.
Así como el comandante Leopardo murió en cumplimiento de su deber, pero no le sirvió de nada ya que no contaba con seguro de vida; en la misma situación están todos sus compañeros de la corporación.