La revista Newsweek México publicó este lunes una edición especial con motivo de los tres años de gobierno de Enrique Peña Nieto y en el artículo principal hace una fuerte crítica a su administración, entre otras cosas, al calificar como un fracaso su intento de abatir los índices de pobreza.
Con el título “EPN: El salvador que no lo fue”, la publicación hace un análisis crítico sobre el gobierno de Peña Nieto, justo a la mitad de su sexenio:
“El gobierno de Enrique Peña Nieto fracasa en su propósito de abatir los índices de pobreza. Por cada año de gestión, un millón de mexicanos ha engrosado la estadística de sobrevivientes, que hoy alcanza al 46.2 por ciento de la población. Sin políticas acabadas para contrarrestarla, el gabinete se ha visto inmerso en escándalos de corrupción e impunidad, que comienzan con la propia figura del presidente. Tres años bastaron para destrozar la esperanza que muchos depositaron en el PRI del retorno”, señala la introducción al texto.
Aquí, un fragmento del artículo:
EPN: El salvador que no lo fue
Si la vida fuera justa, Antonio estaría estudiando música. A veces los furiosos riffs de guitarra que marcan el ritmo en “Voodoo Child” lo despiertan en la madrugada y se imagina como Hendrix en Woodstock. Sin embargo, ya no tiene guitarra porque vendió su Ibanez para pagarse el caro semestre de un instituto de diseño donde no pudo terminar sus estudios.
“Es muy raro porque desde que salí de la prepa, hace dos años, han pasado muchas cosas malas en mi familia. Y, si lo piensas bien, todo tiene que ver con la economía: acá en México si te quedas sin trabajo, a tu familia se la lleva la chingada”, explica el flaco rockero mientras cuenta que sus padres perdieron consecutivamente los empleos en 2013. Desde entonces no consiguen trabajos fijos y a todos los hijos les ha tocado trabajar.
“Mi hermana trabaja en talleres de costura y tuvo que dejar la prepa, mi hermano es aprendiz de mecánico porque no quedó en el Poli ni en la UNAM para estudiar ingeniería. Yo cargo cajas en el mercado de Mixcoac y ayudo a varios taxistas, mientras ahorro para comprarme otra guitarra”, explica con desaliento. Pese a todas las peripecias laborales de Antonio, se considera afortunado porque gana entre 100 y 150 pesos diarios, casi el doble de los 70.10 (4.24 dólares) que son el mísero salario mínimo diario y legal del país.
“Hay gente que está peor, créeme. En Oaxaca muchos chavos ni siquiera hacen el mínimo, tienen que cargar bultos en los mercados y les dan 50 pesos o menos. Lo que sobre, así es la gente. Así es el sistema”, asevera y se marcha a seguir trabajando en los locales de la avenida Revolución en la Ciudad de México.
UN AVIÓN QUE NO DESPEGA
En julio pasado, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) presentó un informe que reveló un incremento de dos millones de personas en los índices de pobreza desde 2012 a 2014. Es decir, durante el mandato de Enrique Peña Nieto, un millón de mexicanos ha ingresado anualmente en las mediciones de pobreza, lo que ubica la cifra de población vulnerable en 55.3 millones de ciudadanos, un 46.2 por ciento del total nacional.
“Desde la década de 1980 el país vive un proceso de depauperización; cuando uno revisa los datos de pobreza por ingresos se da cuenta de que la cifra que teníamos en 1992 es prácticamente la misma de 2014, es decir, los indicadores de pobreza no se han movido en veinte años. Estamos hablando de una clase política que se llena la boca de promesas como mejorar el empleo, salud y educación… pero cuando llegan al gobierno y vemos la permanencia de la corrupción, la ineficacia gubernamental y la ausencia de una visión de derechos humanos, nos percatamos de la profunda crisis que atravesamos”, comenta Saúl Arellano, director editorial de México Social.
Al revisar los índices de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que agrupa a las 34 economías más grandes del planeta con países como Estados Unidos, Alemania, Francia, Japón y Gran Bretaña, México aparece junto a Brasil y Turquía con los mayores porcentajes de pobreza.
En 2014 los estudios de este organismo revelaron que es el segundo país con menor ingreso per cápita de los hogares, registrando 10 216 dólares anuales, lo que equivale a menos de la mitad de los 20 882 dólares del promedio de la organización. Además es la segunda nación con mayor desigualdad económica según el índice de Gini con 0.47 puntos, sólo superada por Chile con 0.50. El promedio de la OCDE es de 0.31 puntos.
“No existe una estrategia salarial orientada a reducir la desigualdad, por un lado, y fortalecer el mercado interno. La clase política no ha logrado implementar inversiones públicas en infraestructura orientadas al sur del país para revitalizarlo y reducir las enormes desigualdades que se viven en Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche y Yucatán”, asevera Jaime Ros Bosch, experto en economía e investigador de la UNAM.
Ros acaba de publicar ¿Cómo salir de la trampa del lento crecimiento y alta desigualdad?, un libro donde analiza el zeitgeist económico y social de México. Este volumen se conecta con un trabajo anterior titulado Algunas tesis equivocadas sobre el estancamiento económico de México. En ambos ensayos el experto plantea la necesidad de una política de reforma fiscal que efectivamente eleve los ingresos públicos en los porcentajes del Producto Interno Bruto (PIB) para que el Estado pueda mejorar servicios públicos como la infraestructura física, seguridad, salud y educación.
“Hay que poner en marcha un mecanismo que provea de los recursos necesarios para las inversiones públicas; desgraciadamente en México no se ha logrado imponer ese criterio en los políticos del país. Ni la derecha, el centro o la izquierda han avanzado a una reforma fiscal redistributiva. Es una cosa muy extraña para mí porque, en otras partes, normalmente es la izquierda la gran abanderada de la redistribución del ingreso y las reformas fiscales progresivas, pero acá eso no ha sucedido”, explica el investigador.
Muchas crisis pasadas han definido el actual estado de las cosas en el país. Los expertos ríen y se tornan serísimos cuando pasan revista a lo que llaman “la esquizofrenia económica mexicana”. Para cualquier observador son tres o cuatro países los que se agolpan en el mismo territorio físico de México donde, por ejemplo, cuatro hombres (Carlos Slim, Germán Larrea, Alberto Bailleres y Ricardo Salinas Pliego) incrementaron su riqueza desde un 2 por ciento del PIB mexicano en 2002, a 9 por ciento en el periodo 2011-2014, según un estudio de Oxfam. No olvidemos que es la misma nación donde conviven más de medio centenar de millones de pobres.