Más de la tercera parte de los estadounidenses consumen comida rápida habitualmente, especialmente entre los más jóvenes y conforme aumenta el ingreso, de acuerdo con un reporte de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) divulgado hoy.
La investigación encontró que el 36,6 % de los adultos estadounidenses consumió comida rápida en las 24 horas previas a las entrevistas, realizadas en el periodo comprendido entre 2013 y 2016.
El reporte encontró que entre los más jóvenes, el grupo compuesto por personas entre 20 y 39 años, al menos el 44,9 % reportó consumir comida rápida, mientras que el consumo parece disminuir conforme aumenta la edad.
Entre los adultos de 40 a 59 años, la cifra es de 37,7 %, y entre aquellos mayores de 60 años, el consumo de comida rápida es del 24,1 %.
“Notamos que el consumo disminuye con la edad y que los afroamericanos no hispanos consumen más comida rápida en comparación con los blancos no hispanos, los asiáticos no hispanos y los hispanos”, dijo a Efe Cheryl Fryar, una de las autoras del informe.
El 42,4 % de los afroamericanos reportaron consumir comida rápida, seguidos de los blancos, con el 37,6 %, los hispanos (35,5 %) y los asiáticos (30,6 %).
El consumo de comida rápida se ha asociado con una mayor ingesta de calorías, grasas y sodio, lo que, según las autoridades sanitarias, contribuye a padecer obesidad, enfermedades coronarias y diabetes, entre otras dolencias.
Si bien la investigación no establece comparaciones con respecto al consumo de comida rápida con años anteriores, se habría registrado una leve disminución en cuanto al consumo de calorías provenientes de este tipo de alimentos en los últimos años.
De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del Departamento de Salud y el Departamento de Agricultura proporcionadas por Fryar, entre 2015 y 2016, el 15 % de las calorías consumidas por los estadounidenses provenían de establecimientos de comida rápida, comparadas con un 16 % entre 2011 y 2012.
Los investigadores encontraron además que el porcentaje de adultos que consumen comida rápida aumenta conforme se incrementa el ingreso familiar.
En general, la investigación encontró que el 31,7 % de los adultos de bajos ingresos consumían comida rápida, mientras que esta cifra fue del 36,4 % entre los de clase media y del 42 % entre los de mayor poder adquisitivo.
Estas cifras contrastarían con lo que otros estudios han determinado con respecto a la relación que existe entre el ingreso económico y el consumo de comida rápida, que atribuía un mayor consumo entre las personas de menor ingreso.