Al inaugurar el foro “Análisis de los espacios de exhibición de especies en México”, el presidente de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, diputado Arturo Álvarez Angli (PVEM), se pronunció por establecer normas que regulen la exposición o no, de diversas especies, ya que hay muchos lugares –como algunos zoológicos- que no están aptos para ello.

Subrayó que es importante conocer  los distintos puntos de vista sobre los temas relacionados con la vida silvestre, ya que en la comisión existen iniciativas al respecto que deberán ser dictaminadas.

Consideró que lo que se debe discutir es la forma en que se exhiben las especies, así como los lugares y la pertinencia de continuar con estos formatos.

El director general de Africam Safari y en representación de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México, A.C, Frank Camacho, comentó que en  México existen 110 zoológicos y acuarios registrados y en ellos se albergan 50 mil organismos en peligro de extinción, pero hay programas para recuperar esas especies.

Mencionó que hay una norma mexicana que rige a los zoológicos en cómo deben manejar a los animales, dar atención médica, su alimentación, exhibición, programas de conservación; pero es voluntaria. Por ello, consideró que debe ser una norma oficial mexicana de observancia obligatoria y que exista un agente regulatorio para que los zoológicos malos se vuelvan buenos o cierren.

Enfatizó que la prohibición de los zoológicos y acuarios en México, lo primero que provocarían sería la extinción inmediata de decenas de especies. Sin embargo, reconoció que existen lugares que no son tan buenos, por lo que se pronunció por otorgar un periodo para mejorarlos o cerrarlos.

Por su parte, el presidente de la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos (AMHMAR), Rodrigo Constandse, precisó que la exposición de motivos de la iniciativa de reforma a la Ley de Vida Silvestre está mal fundada “y las consecuencias pueden ser la muerte de 300 animales que están bajo nuestro cuidado”.

Detalló que en esa iniciativa  se presenta una realidad distinta a los antecedentes y situación actual que guardan los mamíferos marinos bajo cuidado humano en México; pone en riesgo su bienestar y su vida, así como los servicios de educación, concientización  y acción ambiental que cada año generan estas organizaciones.

Se pronunció por generar un instrumento que obligue a invertir más en educación ambiental, en la creación de un instituto de rescate, investigación, rehabilitación y de introducción de mamíferos marinos en un esfuerzo público-privado.

El coordinador de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (UNAM), Fernando Gual-Sill, comentó que los zoológicos y acuarios fueron el primer contacto con la fauna silvestre para mucha gente, los inspiró y motivó para la vida profesional y personal.

Los santuarios, indicó, son resguardos de animales decomisados o no deseados y los zoológicos son centros de conservación, tienen objetivos diferentes, unos no sustituyen a otros, pero no son excluyentes, se complementan y  que se debe apoyar la publicación de la Ley General de Bienestar Animal.

Argumentó que prohibir la exhibición de la vida silvestre, el remplazo, sustitución, intercambio y la reproducción de ejemplares en zoológicos y acuarios nos privaría de una herramienta fundamental para la conservación, por lo que “hay que evitarlo”.

El presidente de Blau Life, del Acuario Inbursa, Alejandro Nasta Icaza, expuso que se han construido más de 170 acuarios en los últimos 25 años y en México se reciben aproximadamente 400 mil visitas escolares anualmente y sus programas didácticos están autorizados por la Secretaría de Educación Pública.

Agregó que la existencia y rápida extensión de los acuarios en todas las regiones del mundo también crea nuevas oportunidades de educación a través de una audiencia diversa.

Además, dijo, por medio de exhibiciones informativas y educativas, los acuarios trabajan para inspirar a las personas acerca del cuidado del ambiente acuático y que elijan su estilo de vida con el medio ambiente.

El veterinario Miguel Ángel de la Torre Suire resaltó que el comercio de mascotas en este país es de mil millones de dólares, de las cuales del 16 al 18 por ciento representa el grupo de las especies de mascotas utilizadas como animales de compañía.

Resaltó que la venta de animales por internet afecta el flujo del comercio formal, así como a las comercializadoras,  importadoras, fabricantes y laboratorios. Además, de que no se conoce de dónde salió la especie ni quién la comercializó o produjo.

Propuso establecer la obligación de las comercializadoras de capacitar a su personal de venta, para que sepan lo que están vendiendo y la gente sepa lo que compra y tengan más información.

Paulina Bermúdez, de Proyecto Gran Simio, asociación civil, comentó que el zoológico de Chapultepec protagoniza una crisis institucional, ya que dos de sus objetivos fundamentales que son la recreación, investigación, educación y conservación se han estancado severamente. “A 92 años de su existencia, la educación ambiental y la conservación de las especies, pilares de un zoológico moderno, se han convertido en los puntos más débiles de esta institución”.

La gente, agregó, está aprendiendo cosas negativas, como el que las condiciones de vida son deficientes para los animales y que no se fomenta la conservación digna de las especies.

Indicó que se plantea entablar procesos de construcción y conocimiento con las escuelas públicas para fortalecer los recorridos pedagógicos y que no sean simples visitas guiadas. Pidió a los legisladores visitar dicho zoológico para observar cómo opera.

En su turno, Gustavo Lozano Guerrero, de la Fondation Franz Weber, subrayó que la mayor parte de los animales en cautiverio no pueden ser liberados, dado que en la naturaleza no conseguirían sobrevivir. Por ello, dijo, se deben encontrar espacios en los que puedan vivir mejor que en la actualidad.

Aclaró que no se trata de cerrar los zoológicos sino de reconvertirlos para que puedan cumplir con su misión, “no sólo para el mundo animal sino para la defensa de los territorios que nos estamos acabando en nuestro país”.

Precisó que dicha reconversión debe acompañarse por una prohibición determinante de la reproducción y comercialización de  fauna, ya que ésta es el origen del problema y si no se ataca, “estamos construyendo soluciones que apuntan a las consecuencias y no a las causas”. Además, impedir  el ingreso de fauna exótica al país y equiparar el tráfico de vida silvestre al nivel de delincuencia organizada.

La doctora Valeria Aguilar Sánchez  dijo que en los zoológicos están establecidos los veterinarios, espacios mínimos y cuidados de cómo mantener adecuadamente a los animales y es ahí donde se centra la mayor cantidad de estudios.

Mientras, en los lugares donde hay un problema de financiamiento, se tiene que hacer una propuesta para solucionarlo para que no lo conviertan en un mal zoológico.

Manifestó que la Norma en México se debe volver obligatoria, debido a que si cierran los zoológicos a donde irán los animales, ya que en el país sólo el 12.92 por ciento son reservas naturales.

Tamara Blázquez Haik, fotógrafa profesional de flora y fauna silvestre, mencionó que en lo que va del año en el zoológico de San Juan de Aragón han muerto siete aves rapaces por causas de descuido y desinterés de parte de los directivos de este lugar.

Denunció que en este zoológico existen denuncias por el mal  manejo, errores en la alimentación y la falta de un adecuado protocolo de atención, así como el espacio reducido donde habitan.

Ejemplificó que en este zoológico hay casos de aves que han estado encerradas, sin volar por largos periodos, lo cual enferma a las especies rapaces, pues no ejercitan sus alas. Asimismo, existen aves a las que no se les ha recortado su pico, lo que les impide comer y por consecuencia pierden la vida.

Rocío Vanessa Moreno Rodríguez, bióloga de la UNAM y activista ambiental, informó que de acuerdo con la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza 2016, México es el cuarto a nivel mundial y el primero en América Latina con el mayor número de animales amenazados, por lo que se deben diseñar mecanismos que garanticen su conservación en el país.

Refirió que la exhibición de animales no genera empatía, ni influye en la conservación directamente; sin embargo, es esta área donde más se enfocan los recursos. “De qué manera exhibir animales desnutridos, aburridos y enfermos, ayuda a la preservación de sus especies”.

Explicó que el tráfico de especies es el tercer delito más lucrativo y que lugares como los zoológicos fomentan la idea de que la compra de animales es normal. “El cautiverio debe ser la última forma de conservación y si existen estos centros deben contar con objetivos éticos del hábitat, la población de las especies y el respeto a la vida animal”.