#Video : Habrá más caravanas de migrantes centroamericanos, advirtió la directora para refugiados

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Bruselas.— La caravana migrante que atraviesa México y se dirige a Estados Unidos podría ser el comienzo de un éxodo mucho mayor, advierte el Centro para el Monitoreo del Desplazamiento Interno (IDMC, por sus siglas en inglés).

La directora del organismo creado por el Consejo Noruego para Refugiados, Alexandra Bilak, afirma que existen las condiciones y los antecedentes para encender las alertas.

Hasta diciembre de 2017, en Honduras había 190 mil personas desplazadas al interior del país, mientras que en Guatemala la cifra ascendía a 242 mil.

De acuerdo con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, el grupo organizado de centroamericanos que viaja por México está compuesto por un contingente de entre 7 mil y 9 mil personas, incluyendo 2 mil 300 niños.

Bilak afirma que hay indicadores que muestran una conexión entre la crisis de desplazamiento interno en el triángulo centroamericano (incluyendo El Salvador) y la caravana migrante.

“No estamos en condiciones de establecer cuántas de las personas que marchan hacia Estados Unidos eran previamente desplazados internos, pero con base en las evidencias que tenemos, hay una gran posibilidad de que muchos de ellos lo eran; [es probable] que la ruta migratoria comenzó internamente”, dice.


Bilak sostiene que la precariedad económica constituye el principal impedimento para que las personas desplazadas por violencia delictiva, conflictos armados o desastres naturales emprendan el camino hacia otro país.

“Pero en cualquier momento la situación puede cambiar”, indica. Si bien no es posible saber cuántos de los desplazados internos en Honduras, Guatemala y El Salvador podrían emigrar hacia México y Estados Unidos, señala que “la posibilidad existe porque ya ha ocurrido en otros países”.

Pone de ejemplo Irak, la República del Congo, Sudán del Sur y Nigeria. También menciona el caso de Siria, en donde la crisis de refugiados fue interna durante tres años hasta que, de pronto, se convirtió en un movimiento migratorio transfronterizo a gran escala que terminó ejerciendo gran presión en las capitales de los socios de la Unión Europea (UE) y transformando a Turquía, de país de tránsito en uno receptor de refugiados. “No debemos exagerar porque la mayoría de la gente no tiene las posibilidades de salir, pero existe el riesgo, la conexión está ahí, es una realidad”, señala Bilak.

Con sede en Ginebra, el IDMC es considerado la máxima autoridad internacional en el ámbito del monitoreo mundial de desplazamientos internos causado por conflictos y desastres. Sus estudios dan seguimiento a la situación en 143 países y territorios, y sirven no sólo para identificar los desafíos, también para el desarrollo de estrategias de prevención.

En el caso de Centroamérica, Bilak indica que la información disponible “permite defender el argumento de que se necesita invertir en los países y crear las condiciones para que las personas no opten por abandonar el país”. La experta visitó la capital europea para presentar una radiografía de la población que se ha visto forzada a dejar su lugar de origen.

En 2017, la población mundial desplazada por conflictos y desastres naturales ascendió a 40 millones de personas, de las cuales la mitad se encuentran en Siria, Colombia, El Congo, Irak y Sudán, por orden de mayor a menor.

Hasta diciembre pasado, la población internamente desplazada en México ascendía a 345 mil personas, la cifra más alta en Latinoamérica después de Colombia, que contabilizó 6 millones 509 mil personas.

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