“Zona Invadida”, la cinta sobre extraterrestres, llegará a la pantalla grande este 14 de octubre
Mario Almada se quedó con las ganas de ver estrenar algunas de las películas en las que participó, pero dejó en sus compañeros en cada una de ellas un aprendizaje y una lección de vida que hoy se representan en anécdotas que le recuerdan al actor que hace pocos días falleció.
Su aparición en “Zona Invadida” no fue la excepción. “Era un súper profesional ya que a la hora que le decías estaba listo con su chaqueta, aunque no hubiera desayunado. Era amable, buena gente y siempre me comentó: ‘me hablas cuando terminen para ayudarlos a promoverla’. Esto no fue posible. Su hijo Marcos me tomó la llamada (hace uno o dos meses) y me dijo que Mario ya no podía dar entrevistas porque estaba mal”, señala el productor Gerardo Gutiérrez.
Uno de los actores con quien comparte créditos, Arturo Islas, tiene un poco más de lo que le aprende: “¡No quería dobles y a sus 88 años se subía a una torre (en la locación, la Mesa del Oso en Nuevo León). Le decíamos ¿pero cómo va a hacerle? Y el decía que por sus huevos. Era admirable, una persona a esa edad haciendo eso es un ejemplo de vida de la gente que ama su trabajo y lo hace con todo el placer”.
Para su colega Mario Zaragoza, Almada trabajó mucho en propias películas y ajenas, al grado que ganó dos premios Ariel y uno de ellos fue de oro por su trayectoria.
“El maestro era un profesional dedicado, serio, muy callado, pero concentrado en su trabajo y eso es un ejemplo porque nos sucede que algunos piensan ser intocables o decir no me pueden hablar o ver. Entre más grande te vas haciendo más sencillo y más humano eres, eso es de aplaudirse”.