No cabe de duda que en la casa del jabonero el que no cae, resbala. Y es que al igual que en la política, muchos de nuestros aspirantes para la grande en 2018 no saben ni qué decir, pero quieren hablar de todos los temas.
Por el lado azul, los candidatos siguen peleando el lugar. Ni pichan, ni cachan, ni dejan batear, pero eso sí, todos se vuelven expertos de los temas de coyuntura. Por un lado Margarita y Moreno Valle ya están claros en lo quieren, mientras su líder Anaya se hace de la vista gorda y hace campaña en lo oscurito.
Unas veces se dan hasta con la cubeta y otras se saludan más a fuerza para la foto, pero se nota la división. Aunque los tres deberían subirse al mismo salvadidas, parece que lo que quieren es ahogarse juntos.
Por su parte las izquierdas están más dividas que un pastel chico en fiesta grande. Los dos aventajados, Andrés y Miguel, no se animan a ir juntos, pero este motivo se espera voto fraccionado y le da ventaja a los otros dos concursantes.
Ellos esperan un milagro aunque venga desde Chiapas, con eso de que el EZLN también quiere participar, o por lo menos quiere volver a figurar en las elecciones, las izquierdas se siguen rompiendo… en chachitos.
Los que se andan divirtiendo de lo lindo son los priistas. Aunque muchos saben quién será el bueno, los demás no dejan de hacer ruido. Con patadas de ahogado y haciendo bucitos, Eruviel y Manlio sigues los pasos de Osorio.
Dicen que todavía no están pensando en 2018, seguramente lo hacen porque así lo dice el plan, calla hasta que te otorguen. Lo único seguro es que se aventaron por el tobogán más peligroso y sólo cuando lleguen a la alberca sabrán si fue un buen chapuzón o un doloroso panzaso.