¿Qué hace, por ejemplo un hombre de más de 60 años, vendedor en el metro, “arrastrando” a un niño de 4 o 5 años?
No es nuevo que los vagoneros del Metro desarrollaron una nueva estrategia para evadir los sistemas de vigilancia en el Metro de la Ciudad de México.
Se trata del uso de menores de edad –desde bebés de brazos, hasta niños de 10 años-, que acompañan a los ambulantes y bocineros.
La idea es que al momento en que una autoridad intente detener al vendedor este argumenta ser un padre de familia que está siendo agredido y/o reprimido, lo que inhibe una acción de la autoridad. Sin embargo lo nuevo es que muchos de los niños que acompañan a los vendedores serían “rentados”.
¿Qué hace, por ejemplo un hombre de más de 60 años, vendedor en el metro, “arrastrando” a un niño de 4 o 5 años? ¿Qué hace un joven de no más de 20 años con un menor de 10 que se sujeta a su pantalón para no extraviarse?. Los anteriores son dos ejemplos comunes en el Metro de la Ciudad de México y que según fuentes del Sistema de Transporte Colectivo confirman que una buena cantidad de los niños utilizados como huellas de escudo por los ambulantes, son “rentados”.
Lo preocupante del tema, sin embargo es que la nueva modalidad de explotación infantil es resultado de la nueva estrategia empleada por las autoridades del Metro supuestamente para contener el ambulantaje a los “vagoneros y bocineros”.
Pero lo verdaderamente preocupante es que dicha explotación ocurre a plena luz del día, a los ojos de todo el que quiera verlo, desde temprano y hasta altas horas de la noche en todas las líneas del Sistema de Transporte Colectivo… ante la indiferencia del Gobierno Capitalino, de las Comisiones Nacional y Capitalina de Derechos Humanos y ante la indiferencia de cualquier otra autoridad.
¿Hasta cuándo?
Fuente : Letra Roja