Las "Monaice" o la “mona gourmet” , la peligrosa moda entre adolescentes

La mona de sabores está de moda para los estudiantes de secundaria en la capital del país; la razón: su bajo costo.

Los jóvenes añaden saborizantes a los solventes para atenuar el olor, como frutas: guayaba, manzana, plátano y fresa, gomitas, extracto de café, vainilla o chocolate en polvo o polvitos para preparar agua de sabores: coco, uva, mango, fresa y hasta los centros líquidos que tienen los chicles para que huela mejor. (Se rumora que hay monas hasta de choriqueso y de queso con huitlacoche).

Usualmente para prepararlas vacían el centro líquido de diez chicles en el tubo de PVC y ya tienen su mona de chicle. La mona multisabores la hacen con polvo para preparar gelatinas disuelto en aceite para bebe, luego de mezclarlo, lo agregan a la botella del solvente. Para el sabor guayaba sólo se vacía en el depósito del activo una guayaba muy madura, y luego se agita hasta que se disuelva.

estas modalidades les llaman “mona gourmet”.

De acuerdo con Marcela García Torres, titular de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Narcomenudeo, dependiente de la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF),esta droga es popular porque es barata y los padres de familia no logran notar que sus hijos la consumen al disfrazar el olor.

El bote de solvente tiene un valor en el mercado de 20-30 pesos, aproximadamente, y comprarlo no es difícil, pues su uso es totalmente legal; con una lata ser pueden producir hasta 40 monas. Debido a que la droga es inhalable, los efectos son más rápidos, pero también producen mayores daños en el sistema nervioso central. El cerebro se les deshidrata. Cuando se inhala un solvente, el químico tarda en llegar al cerebro entre dos y cinco minutos, mientras que su efecto puede tener una duración de entre 45 y 50 minutos.

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En el Distrito Federal el solvente que reina es el PVC, aunque los adolescentes pocas veces saben qué es lo que están consumiendo porque suelen adquirirlo a través de dealers. Antes lo utilizan los niños en situación de calle por su bajo costo y porque quita el hambre y el frío; también hay consumidores que no lo inhalan por hambre ni por frío. Los usan como droga recreativa.

Las primeras sensaciones se asemejan a estar ebrio, cuando la dosis se incrementa, aparece una depresión del sistema nervioso central con confusión y dolor de cabeza.

Un poco de historia:

La inhalación de vapores de productos químicos como incienso, aceites, resinas, especias y perfumes para alterar la consciencia o como parte de ceremonias religiosas data de los tiempos antiguos de Egipto, Babilonia (el actual Irak), India y China. De acuerdo a algunos investigadores, inhalar vapores de gases para alterar el estado de consciencia de uno fue practicado por las sacerdotisas en el Oráculo de Delfos en la antigua Grecia.

El consumo de estas sustancias en México empezó a identificarse a finales de la década de 1960, como un problema de salud limitado a población marginada, en situación de calle o cuyo oficio los exponía al efecto de estas sustancias químicas. A mediados de la década de 1980 y parte de 1990, había reducido de manera consistente. En 2003, en la ciudad de México se da un repunte importante en el consumo de inhalables, para 2009 llegó casi a los mismos niveles de la marihuana.

Ya no se trata de personas en condiciones marginales o de calle, aumentó el consumo entre adolescentes, el incremento fue mayor entre mujeres y disminuyó la edad promedio de consumo entre los 10 y 14 años de edad, lo cual añade un problema ya que en esa etapa de la vida se está llevando a cabo la maduración del sistema nervioso.

La mona es un puñado de estopa remojado con activo y el chemo es la inhalación del Resistol 5000. Hay más de 1,000 productos caseros y otros productos de uso común de los que se podría abusar como inhalantes, entre los más usados están: