Reportan virgen que llora en Edomex

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Entre la fe, el fervor y la tradición, desde hace casi 40 años la familia Sánchez Sánchez y sus vecinos de la delegación Santa Ana Tlapaltitlán realizan un magno festejo a la Virgen de Guadalupe que tiene su propio espacio en el frente de la casa desde donde todos los días es vista y adorada por los cientos de personas que pasan por el número 309 de la avenida Salvador Díaz Mirón en Toluca, el cual inició con una misa este viernes, un rosario el sábado y concluye con comida y baile.

Es tal la devoción que despierta esta imagen que cuenta con madrinas y padrinos para llevarle las mañanitas cada hora a partir de las 0:00 horas y hasta las 6:00 de la mañana de cada día 12 de diciembre; además de que para la misa los vecinos traen sus imágenes para ser bendecidas. Algunos de los padrinos originales ya fallecieron y ahora sus hijos y nietos mantienen la tradición, que también incluye darles su atole, tamales y pan de dulce.

La fe de los vecinos en esta imagen de la Guadalupana se acrecentó en los años noventa, cuando la segunda afectación a la casa de los Sánchez Sánchez provocó que la figura elaborada con pasta derramara lágrimas, según comentan los vecinos, cuando la empresa encargada de las obras no quería respetar el convenio con las autoridades municipales para reconstruir su capilla: “Una señora me vino a decir, Marthita ya vio la Virgen está llorando, entonces salí corriendo y vi sus lagrimitas, pero eso fue sólo por unos pocos días, gracias a Dios no ha vuelto a llorar la Mamacita”.

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Dice que la última vez la ingeniera a cargo les decía que mejor les compraba una nueva imagen de bulto, porque la original fue construida sobre una de las paredes de su capilla, la cual estaba sobre lo que hoy es el camellón, por lo que desde la primera vez tuvieron que recortar el muro, pero la pegaron al piso, hoy tiene una base que facilitaría su traslado, en caso de ser necesario.

La historia de la imagen data de 1972, cuando el señor Sánchez contrató a un artesano para que la elaborara en su casa, proceso que tardó más de tres meses, y para cumplirle a su esposa la promesa de regalarle una réplica de la Guadalupana pero grande, “el problema fue cuando quise traer un sacerdote para que la bendijera, me decía tráela a la parroquia, cuando le dije que no podía me recomendó: ‘dile a las mujeres, ellas son más inteligentes’, al último cuando conseguí que viniera, al ver a la Virgencita me dio la razón”, comenta.

Respecto al costo, Lucas Sánchez señaló que tuvo que pedir un préstamo a la empresa donde trabajaba, “me quedé bien endrogado, porque la Madrecita me salió en 99 mil pesos, de aquellos, cuando nos parecían millones, lo fui pagando poco a poco, creo que terminé en año y medio, pero mire, ahí la tenemos… y nos han afectado, dos veces la han recorrido”.

Relata que la Virgen defendió su espacio desde la primera vez que les afectaron el terreno, pues les costó más trabajo derribar la capilla o “la casita de la Mamacita”, que destruir edificios completos.

A punto de cumplir 50 años de matrimonio, Lucas Sánchez Morales y Martha Sánchez González de Sánchez, reconocen que la visita a la Virgen ha bajado, pues antes venían varias familias desde Tenango y Tenancingo, a quienes se les daba hospedaje con el apoyo de vecinos de Santa Ana Tlapaltitlán.

Además, desde hace tres años a esta devoción se ha sumado la del Divino Niño de la Misericordia, pues desde la capilla de la delegación se trae una imagen de alrededor de 1.20 metros de altura.

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