Urbanicidio, el Metrobús en Paseo de la Reforma

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El jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera no puede darle la bienvenida a la nueva Ciudad de México con un “urbanicidio” y construir la Línea 7 del Metrobús sobre el histórico Paseo de la Reforma, su vía más emblemática: Atentaría contra el patrimonio y quebrantaría varias disposiciones legales, entre ellas las leyes de Cultura y Patrimonio Urbanístico Arquitectónico de la propia ciudad y la General de Bienes Nacionales.

Así lo advierten integrantes del Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (Grecu), fundado en junio de 2009 por la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, luego de que por voz de Edgar Tungüí, secretario de Obras y Servicios de la Ciudad de México, el gobierno de Mancera reiteró su pretensión de construir el Metrobús Reforma y anunció que las obras iniciarán a finales del primer semestre de este año.[Te recomendamos consultar ¿Cómo será la Línea 7 del Metrobús?]

En un documento, el grupo expresa que “el Paseo de la Reforma es un referente nacional, es un monumento vial y una obra que debe preservarse por su importancia histórica”.

Señala que incorporar el Metrobús implicará modificar la vista –como está hoy y ha estado desde hace cientos de años–y “ello violenta la intangibilidad del Paseo de la Reforma asegurada por la Ley General de Bienes Nacionales, ya que el Gobierno del Distrito Federal no tiene facultades para realizar tal atrocidad”.

Luego detallan las disposiciones contra las cuales atenta el proyecto: Ley de Fomento Cultural del Distrito Federal, que obliga al cuidado del medio ambiente y a la protección del patrimonio tangible e intangible; y que define como patrimonio cultural, en el artículo cuarto, aquellos bienes materiales o inmateriales, tangibles o intangibles con “un significado y un valor especial o excepcional para un grupo social determinado o para la sociedad en su conjunto, y por lo tanto forman parte fundamental de su identidad cultural”.

Igual la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Urbanístico Arquitectónico, en la cual hay disposiciones que hablan de la importancia de preservar “el bien común”, de revitalizar el patrimonio urbanístico arquitectónico y la imagen urbana para mejorar las condiciones de vida de los habitantes, y acrecentar el patrimonio como “testimonio histórico universal”.

La Ley General de Bienes Nacionales, en tanto que son propiedad del dominio público de la federación los de uso común referidos en el artículo siete, el cual menciona “plazas, paseos y parques públicos cuya construcción o conservación esté a cargo del gobierno federal…”.

Al respecto, hay que mencionar que en noviembre de 2012 la entonces responsable de las Galerías Abiertas de las Rejas de Chapultepec, Alejandra Gilling, dijo a la agencia Apro que la conservación del Paseo de la Reforma en su tramo del Bosque de Chapultepec a la Avenida Juárez –construido durante el siglo XIX en tiempos de Maximiliano, y en el cual se ubican esculturas de los héroes de la Reforma–, es responsabilidad del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), instancia del gobierno federal.

En 2004, cuando el entonces jefe de gobierno Andrés Manuel López Obrador emprendió la restauración de la avenida para colocar los prismas que ahora tiene en el camellón, la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (ahora es Secretaría de Cultura), Sari Bermúdez, manifestó que tendría que consultarse al área de Monumentos Históricos del (INAH) y a la Comisión Nacional de Zonas y Monumentos Artísticos del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

El historiador Silvio Zavala (1909-2014) consignó en su libro En defensa del Paseo de la Reforma (1997) las alteraciones sufridas por la avenida durante el siglo XX, entre ellas las autorizaciones para construir macrotorres, pues en su opinión “no guardan ninguna escala con los monumentos más significativos de la avenida”, entre ellos los dedicados a la Independencia, a Cuauhtémoc y a Cristóbal Colón:

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“Reprochaba a las autoridades que cedieran ante la especulación y el comercio, antes de defender los valores históricos y artísticos de la ciudad…”, recordó Martha Fernández en un artículo de la revista Casa del Tiempo de la UAM, del 14 de marzo de 2015.

Los miembros del Grecu piden al INAH e INBA realizar los estudios y las declaratorias del Paseo de la Reforma como monumento histórico y monumento artístico nacional, de acuerdo a sus facultades.

Al Senado de la República, que “con pleno respeto a la división de poderes” solicite al jefe de gobierno suspender cualquier obra en tanto no esté resuelto el tema de la competencia y jurisdicción que sobre el Paseo detenta la federación. Asimismo, que cite en su sede a los responsables directos del proyecto a una sesión informativa, “abierta a la sociedad”.

Al titular del ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto, piden emita una opinión sobre el proyecto, dado que los bienes del dominio público están bajo jurisdicción de los poderes federales.

Al jefe de gobierno proporcionar información general sobre el proyecto, los estudios técnicos y de viabilidad de la obra, así como su justificación. En su opinión debe realizar un estudio de factibilidad cultural, que forme parte del proyecto. Y afirman que está obligado a actuar como en el caso del Poliforum Cultural Siqueiros, “donde hasta emitió una declaratoria para conservar su valor artístico”.

Mancera, quien no ha presentado resultados del asunto de la fallida restauración de la estatua ecuestre de Carlos IV, El Caballito, y debió aceptar que la ciudadanía votó “no” al corredor en avenida Chapultepec, tiene en puerta una polémica más por el pretendido Metrobús Reforma.

 

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