Los automovilistas opinan cómo acabar con el tráfico

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En el caso de los embotellamientos viales parece que todos tienen una solución y nadie es el culpable.

Aunque existen muchos modelos teóricos sobre este problema que afecta la movilidad en las principales ciudades del país, así como muchas soluciones también teóricas para minimizar las probabilidades de que se genere un congestionamiento vial, lo cierto es, que se quedan en teoría y, de acuerdo al modelo de movilidad que actualmente usamos en las ciudades mexicanas que privilegia el uso del automóvil, sobre otros métodos, la distancia entre la teoría y la práctica es, enorme.

En este sentido, como ciclistas urbanos, es cierto que no formamos parte del problema pero sí, de la solución – aunque muchos aún lo duden-. Alejados de toda presunción y sin ninguna suspicacia, nos dimos a la tarea de preguntarles a los automovilistas, esos seres que encapsulados entre toneladas de acero, circulan sobre 4 ruedas, buscando eludir los congestionamientos de los que inevitablemente son causa.

Alejandro Cirilo López, conductor de un taxi de sitio.

trafico

“Tendrían que hacer más carriles y sincronizar los semáforos, luego dejan a los agentes de tránsito moverles y nada más hacen más tráfico”, comenta.

Aura M., conductora de un sedán y madre de dos niños que asisten a un reconocido colegio, ubicado en Circuito Interior y Av. Río Mixcoac , en la delegación Benito Juárez.

“Pues la verdad es que el tráfico lo genera la cantidad de carros que hay, y es que el espacio para circular cada vez es menos. Yo pienso que si el gobierno construye más segundos pisos y quita algunos semáforos para que el tráfico sea más fluido, eso podría ayudar”, expone Aura, mientras en segunda fila y con toda calma, espera poder meterse en la fila principal que hacen los padres para recoger a sus hijos de la escuela.

Víctor Muñoz, conductor de una camioneta tipo pick up. 

“Me parece lógico hacer más y mejores ejes viales, segundos pisos; que no cobren, así los podríamos usar todos y eso haría que baje el tráfico en el primer piso, poner más policías que agilicen y que cuiden que no se detengan las micros donde se les da la gana”, explica mientras detenido, obstruye el carril de la ciclovía de Fray Servando.

Hugo Jiménez, conductor de una Van.

“Impedir la circulación de camiones de reparto en horas determinadas, poner más policías, no permitir coches viejos, porque luego se descomponen y estorban, asegurarse que la gente sabe manejar, eso es súper importante, porque luego se hace tráfico sin razón aparente y te encuentras que es una persona que quiere dar vuelta a la derecha desde extrema izquierda”, comparte.

Janet Groening Sánchez, conductora de una camioneta tipo SUV.

“Ampliar y mejorar los vías que ya existen, en el circuito interior, periférico y viaducto, no dejar entrar coches viejos ni motocicletas para poder aumentar el límite de velocidad y hacer más fluido la manera en que circulan los coches”, explica.

Martha López, conductora de un auto tipo compacto.

“Menos transporte privado o compartir el coche con compañeros de trabajo que vivan cerca, más y mejor transporte público”, comenta.

Es inevitable percatarse que casi ningún automovilista se considera parte del problema, y sus sugerencias para terminar con este problema que le cuestan al país el 4 por ciento de su producto interno bruto (PIB) o lo que es lo mismo hasta 25 mil 600 pesos al año por persona, de acuerdo a la ONG El Poder del Consumidor, son desinformadas o muy inocentes, por no decir completamente cínicas, no lo calificaremos nosotros, ellos mismos se han puesto en evidencia.

Lo que es el indiscutible, es el papel, diría yo, casi protagónico, que interpretan los automotores en esta compleja dificultad, que de acuerdo con las estimaciones del Instituto Mexicano para la Competitividad, calcula que en el Valle de México, se pierden anualmente 33 mil millones de pesos debido a los problemas de movilidad. Sin embargo el número de autos que circulan en la capital del país sigue creciendo, con la introducción de 200 mil nuevas unidades al año.

También es cierto que las autoridades correspondientes no dan opciones viales para poder hacer frente a la invasión de automóviles que vive el DF. Aunque nos gustaría que fuera la bicicleta la solución, también somos conscientes que por diversos y muy variadas razones, no todos pueden utilizar la bici a manera de transporte.

Pero quizá habría que empezar a pensar en soluciones más imaginativas que hacer segundos pisos, ampliar las calles para el tránsito de vehículos automotores, poner más policías a agitar sus manitas para “agilizar” la movilidad de los automotores y, otras atrocidades que acabamos de leer en los párrafos anteriores.

El problema parece irremediable hasta que no cambie la mentalidad de los ciudadanos que utilizan el automóvil para todo (que si da más autonomía, que si van a pensar que son unos pobretones, que si el auto es progreso…). En fin, todo el mundo encuentra un argumento para no bajarse y preferir ir en su auto.

También habría que obligar al Estado a preguntarse si no le saldría más barato invertir en transporte público de calidad con una bien pensada red de rutas, que seguir construyendo infraestructura para el automóvil que cuesta 100 veces más y tarda meses en quedarse pequeña ante el crecimiento acelerado del parque vehicular.

Seguro que hay decenas de opciones pero creo que la creación de infraestructura bien diseñada para hacer uso de la bicicleta con seguridad y la creación de medios de transporte público de calidad, como usar autobuses en lugar de autos. Un autobús ocupa 15 metros de largo con 55-60 pasajeros, mientras que un coche con sólo un pasajero ocupa 5 metros, usar menos el auto particular, cobrar un peaje por el uso de diversas vías para automotores, así como para acceder con auto a ciertas zonas podría desincentivar el uso del automóvil particular lo que innegablemente ayudaría a despejar las calles de embotellamientos.

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