Según datos nuevos de la Comisión Especial de Reclusorios de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en México existen unas 7 mil personas recluidas en cárceles por robar comida para subsistir. Se trata de gente que tiene condenas de hasta diez años por robar una charola de carne, leche, pan o yogur.
Este tipo de robo, conocido como robo famélico es cometido por persona de escasos recursos que se quedan de pronto sin dinero para comer. De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo social, en este riesgo se encuentra 46.2% de la población.
Con el aumento de la pobreza ha aumentado la cantidad de este tipo de robos. En 2014 se tuvieron 31 mil 461 incidencias de robo, 2% más que en 2013.
De estas 7 mil personas encarceladas, 90% son madres mujeres, principalmente madres solteras y desempleadas que buscaban darle de comer a sus hijos.
Sin embargo, en el Código Penal Federal no se distingue el Robo Famélico.
Simplemente el artículo 367 indica que comete robo “quien se apodera de una cosa ajean sin derecho y sin consentimiento de la persona que puede disponer de ella con arreglo a la ley”.
Si bien el Código Nacional de Procedimientos Penales considera excluyente el robo cuando exista necesidad justificante, estas personas suelen ser acusadas de agravantes como amenazas, lesiones e intento de homicidio.
Loa establecimientos afiliados a la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales son los que más presentan denuncias contra personas por robo de alimentos. Principalmente Walmart, pero también Superama y Oxxo.