Era una fiesta normal, como lo son en buena parte de la sierra chihuahuense: pueden durar días. La ocasión fueron los XV años de una joven del pueblo, según la costumbre, cualquiera de la región de Moris estuvo invitado. Todo comenzó con la misa, nadie imaginaba que el evento concluiría con diez hombres asesinados.
La comunidad de Moris se ubica en el oeste de Chihuahua, cabecera del municipio del mismo nombre; enclavado en lo más apartado de la Sierra Tarahumara, colinda con los límites de Sonora, su escarpada orografía y excelente clima lo convierte en un sitio prácticamente perfecto para el cultivo de amapola y marihuana.
Era la tarde del domingo, luego de la celebración religiosa, vino el baile: cerveza, tequila y música, mucha música, incluyendo narcocorridos, en esta zona no se escucha otra cosa que no sean las bandas norteñas contando historias de jefes de la mafia.
Para evitar cualquier inconveniente los anfitriones contrataron vigilancia con la Policía Municipal, varios oficiales fueron asignados y todo transcurrió en orden. A pesar de que la legislación estatal comprende que ese tipo de eventos deben concluir a las 2:00 horas, en Moris las reglas son diferentes, los uniformados se retiraron a las 6:00 del lunes, porque hasta esa hora se les había contratado.
En punto de las 7:00 se escucharon las primeras detonaciones, varias camionetas repletas de hombres armados llegaron al lugar, procedentes de Sonora, según dio a conocer la Fiscalía. Aparentemente, tenían muy bien identificados a sus objetivos, porque en unos momentos privaron de la vida a tres hombres.
Información oficial refiere que minutos después hubo un enfrentamiento entre una parte de quienes departían en la fiesta y los “invasores”; el tiroteo se registró en plena plaza principal, cuando los residentes de la zona que no estuvieron en el baile ya salían para las actividades cotidianas.
El resultado fue de siete muertos. Sus captores los subieron a camionetas y escaparon por la carretera que conduce a la vecina entidad.
De acuerdo con cifras del gobierno federal, pero tomadas a su vez de los gobiernos estatales, durante el año pasado hubo sólo dos homicidios y no se registraron secuestros o “levantones”, aunque los lugareños han declarado que son muchos más los muertos y desaparecidos.
Durante martes y miércoles se localizaron dos cuerpos en la región; además, el jueves se encontraron otros cinco cadáveres.