Las condiciones de pobreza, abandono, violencia, negligencia, maltrato sicológico y abuso económico que padecen adultos mayores en México les impiden vivir en forma digna su vejez y limitan sus derechos humanos, alertó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
En el marco del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, que se conmemora el 15 de junio, la CNDH destacó los resultados de la Encuesta Nacional de Envejecimiento integrada en el estudio Los mexicanos vistos por sí mismos (2015), que advierte que 74.1% de los entrevistados consideraron que el principal tipo de violencia que sufren las personas de la tercera edad es la negligencia (el cuidador o familiar no cubre las necesidades de la persona adulta mayor); 67.7% estima que el maltrato sicológico; 65.4% el abuso económico; 63.1% autonegligencia (refiriéndose al poco cuidado de sí mismo), y 61% maltrato físico.
El organismo defensor de los derechos humanos hizo un llamado al Estado para ampliar el marco jurídico de protección de las personas adultas mayores y ratificar la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.
“Es necesario generar una nueva cultura del envejecimiento, establecer acciones y programas con enfoque de derechos humanos, para promover su revaloración y participación activa en la implementación de esas medidas y superar el estereotipo que los considera receptores pasivos de ayuda”, destacó la comisión.
Alertó sobre actos cometidos en muchas ocasiones por los mismos familiares o quienes están a cargo del cuidado de estas personas que constituyen violaciones a los derechos humanos fundamentales como actos y omisiones de carácter físico, emocional, sicológico, sexual o financiero y que generalmente no son denunciados.
La CNDH destacó que las personas en esta etapa se encuentran especialmente vulnerables porque en un gran número de instituciones públicas y privadas crean una concepción negativa del envejecimiento, que visualiza a los adultos mayores como personas con capacidad limitada para tomar decisiones, incluso sobre su propia vida.
Según la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, los objetivos involucran directamente a las personas adultas mayores, a quienes se les tiene que garantizar una vida sana como a todas las personas.