La población desocupada es de 1.9 millones de personas durante el tercer trimestre del año. Con datos ajustados por estacionalidad, la tasa de desempleo fue de 3.5% de la población económicamente activa, cifra similar a la registrada en el trimestre inmediato anterior, con lo que vuelve a ubicarse en el nivel más bajo desde el segundo trimestre de 2006, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo que levanta el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Entre las entidades con los niveles más bajo de desocupación se encuentran: Guerrero con una tasa de 1.4% en el periodo abril-junio de 2017; Morelos, 1.7%; Yucatán, 2.0%; Chiapas y Oaxaca con 2.3% respectivamente. Por el contrario los estados que reportaron los mayores niveles de desempleo fueron: Tabasco, 7.5% de su población económicamente activa; Querétaro y la Ciudad de México con una tasa de 4.9%; Coahuila, 4.8%; y Baja California Sur, 4.6%.
La población subocupada, referida al porcentaje de la población ocupada que tiene la necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual le demanda, llegó a 3.8 millones de personas. La tasa de subocupación se ubicó en 7.2% de la población ocupada, cifra similar al del trimestre anterior.
La población ocupada informal, sumó 29.5 millones de personas, lo que representó el 56.7% de la población ocupada, tasa 0.6 puntos porcentuales inferior a la reportada en el primer trimestre del año. La población ocupada informal agrupa todas las modalidades de empleo informal (sector informal, trabajo doméstico remunerado de los hogares, trabajo agropecuario no protegido y trabajadores subordinados que aunque trabajan en unidades económicas formales, lo hacen en modalidades fuera de la seguridad social).
Durante el trimestre abril-junio de este año, la población de 15 años y más disponible para producir bienes y servicios en el país fue de 54.1 millones (59.3% del total), cuando un año antes había sido de 53.5 millones (59.6%).
El incremento de 529 mil personas es consecuencia tanto del crecimiento demográfico, como de las expectativas que tiene la población de contribuir o no en la actividad económica. Mientras que 78 de cada 100 hombres en estas edades son económicamente activos, en el caso de las mujeres 43 de cada 100 están en esta situación.