Córdoba, Ver. – Al sentirse incomoda ya en esta ciudad, la franquicia de café para beber más popular de los últimos años, Starbucks (proveniente de Seattle, USA) ha decido marcharse y cerrar sus puertas, para probar suerte en una ciudad que considera más viable: el puerto de Veracruz, capital del estado.
Esto se da luego de casi un año de haber sido inaugurada por el propio alcalde de la ciudad, Tomás Ríos Bernal.
Esto porque no cumplió con las expectativas esperadas, además de que el caminar de los peatones alrededor del establecimiento molesta a sus clientes, informan medios locales.
Al respecto, la secretaria de trabajo en Veracruz, Silvia Edith Mota Herrera, consideró que este cierre no tiene importancia ya que además el café que venden “está muy caro”.
Aseguró que este cierre no afecta la economía de la zona centro; esto durante la inauguración de la Feria Nacional del Empleo. Al contrario, dijo, el cierre servirá para que puedan abrir, con mayores oportunidades para los pequeños comerciantes mexicanos, otras cafeterías en la zona.
Starbucks, verdadero emporio mundial, ha sido objeto de una campaña de ataque en las redes sociales donde se llama a no ser consumidores de sus productos, a causa, entre otras, de la explotación que hacen de los cafetaleros mexicanos, a quienes pagan un precio mínimo.
A pesar de que la empresa se dice a favor del comercio justo, lo cierto es que se ha demostrado que explota a los productores de café de otros países como Etiopía o Colombia, comprando más de 45 millones de kilos de café al año a precios bajos y revendiéndolo a precios exorbitantes. En promedio a cuarenta pesos la taza, cuando los pequeños comerciales la venden en unos doce pesos.