En un intento por salvar a sus alumnos, el maestro de secundaria Javier Pacheco expuso su propia vida. Con tal de tratar de ayudar a la última niña que bajaba por las escaleras de la Secundaria número 52, en Ecatepec, durante el sismo del martes pasado, le cayó una barda encima que le trituró parte de la mano izquierda.
Pese a sus esfuerzos, la niña murió bajo esa barda.
“La alumna a la que él trató de proteger cuando se vino la barda falleció, entonces yo creo que todavía falta que asimile y pueda manejar esa situación”, explicó María de Jesús Kim Valdivia, doctora del Hospital 1 de Octubre del ISSSTE, donde el profesor se recupera.
El maestro Javier Pacheco, quien lleva 23 años dando clases, perdió dos dedos luego de que la barda que le cayó le machacó, literalmente, la mano. También sufrió una fractura en la columna.
DESALOJARON A LA MAYORÍA A TIEMPO
Al momento del sismo el profesor de Ciencias se encontraba repartiendo material para que sus alumnos hicieran una historieta, y apenas empezó el temblor no hizo más que seguir el protocolo.
“Bajamos a los niños y al último baja el maestro. Yo me voy atrás de ellos apresurándolos para que bajaran rápido, cuando bajo al último, se cayó la barda, era una niña que quedó ahí aplastada, era mi alumna”, relató.
Desde el hospital, el docente asegura que no es un héroe, porque salvaguardar a sus alumnos era lo que debía hacer.
“Yo creo que actuó por instinto, ese instinto de proteger a alguien que estaba a su resguardo, que son alumnos, y entonces aunque él no lo considere, yo creo que sí se puede considerar como un acto heroico”, opinó su doctora, María de Jesús Kim Valdivia.
En medio de la tragedia, en la que la caída del Colegio Enrique Rébsamen, donde se confirmó la muerte de 19 niños, ha tomado un papel protagónico, el maestro Javier Pacheco consideró que una las lecciones del sismo que también le costó la vida a una de sus alumnas y la amputación de sus dedos, es la urgente necesidad de garantizar la seguridad para los niños en las escuelas.