Creyeron que era un secuestro; resultó ser una yegua enferma

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La psicosis que sufre la población nuevoleonesa ante los frecuentes casos de ejecuciones y secuestros de los últimos años provocó una situación que en cierto modo resultó chusca: lo que se creyó era el secuestro de una persona -trasladada en un automóvil y cubierta con una cobija-, resultó ser una yegua enferma dentro de una improvisada “ambulancia”, que se dirigía a una consulta con un médico veterinario.

Aproximadamente a las 7:30 horas de este martes, se organizó un aparatoso operativo policíaco al oriente de la zona metropolitana, ya que una voz ciudadana llamó al 911 para alertar sobre un posible secuestro.

El denunciante señaló que dos personas que conducían un automóvil Camaro deportivo, en color blanco, llevaban sobre el asiento trasero un “bulto” que se movía y estaba cubierto con una cobija con manchas de sangre.

El reporte se canalizó a la Policía de Guadalupe, que comisionó a los ocupantes de una patrulla ubicados en las proximidades del sitio y que en apoyo acudieron de inmediato con otras cuatro unidades. De acuerdo con los reportes locales, el despliegue ocurrió porque se presumía era un caso violento y los preventivos debían ir preparados para cualquier respuesta.

La policía detuvo el auto sospechoso a la altura de la avenida Ruiz Cortines, en su cruce con Bonifacio Salinas Leal, y al inspeccionar el “bulto” se llevaron una sorpresa; se trataba de un ejemplar equino hembra y no de un ser humano secuestrado, aunque según los ciudadanos en estos días, resulta más fácil encontrar una persona “encobijada”, que una potranca trasladada para su atención médica.

Al ser interrogados por la policía, los ocupantes del Camaro, placas SMN 6350, los hermanos Felipe y Tomás Monsiváis Pérez, de 30 y 23 años de edad, explicaron que el animal estaba enfermo de “empacho” y no encontraron otra forma de llevarlo a curar, más que subiéndole al asiento trasero del automóvil, desde el municipio de Benito Juárez, al oriente del área metropolitana, hasta la zona de Ciudad Solidaridad, al poniente de Monterrey.

Para evitar ser molestados por los agentes de tránsito durante el traslado, los Monsiváis Pérez cubrieron al animal con una cobija, y previamente lo amarraron de las cuatro patas, para que no diera problemas. Sin embargo, les resultó contraproducente, pues los movimientos del equino y las lesiones que sufrió al parecer al momento de subirlo al vehículo, hicieron pensar que se trataba de un secuestrado.

Una vez aclarado el caso, los hermanos se salvaron de ir detenidos, pero no de la aplicación de una multa por falta de licencia vigente para conducir, y porque no habían pagado el refrendo de las placas del vehículo, por lo que el auto Camaro fue llevado a un corralón oficial.

Mientras tanto, la potranca fue trasladada a las instalaciones de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) para su valoración, y posteriormente se dará un tiempo de 72 horas para que quienes se ostenten como dueños comprueben su legítima propiedad; de no hacerlo, podrán entregarla en adopción a un rancho ganadero donde se le garantice un buen trato.

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