Usuarios se burlan de la futura secretaria de medio ambiente por creer en aluxes o duendes mayas

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Muchos se están burlando porque Josefa González, la futura Secretaria de Medio Ambiente en el gobierno de Andres Manuel Lopez Obrador cree en aluxes (duendes mayas) pero en Cancún creen fervientemente que los aluxes existen, tanto así que debajo del puente que va hacia al aeropuerto les construyeron su casita a uno de ellos, para que dicho puente se mantenga firme y no se los tire abajo.

A principios de los 90’s, durante la construcción del puente que contactaría la parte sur de la Zona Hotelera con el aeropuerto de la ciudad de Cancún los trabajadores encargados de su construcción relataban que al llegar por las mañanas notaban cosas muy extrañas, cosas que no estaban la tarde anterior, al terminar su jornada laboral.

Herramientas fuera de lugar o incluso desaparecían, estructuras y soportes de madera maltratados eran algunas de las cosas que se veían por las mañanas.

Al principio se pensó que era vandalismo, pero incluso con vigilancia por las noches los sucesos seguían ocurriendo. Fue hasta que los trabajadores (en su mayoría gente originaria de la región) sugirieron que la causa eran aluxes que muy probablemente cuidaban el área.

Los arquitectos e ingenieros no aceptaban esta causa y continuaron con las obras. Se cuenta que el puente se “cayó“ unas tres veces durante su construcción. Fue hasta ese entonces que aceptaron muy de manera escéptica a que un sacerdote maya fuera a revisar el lugar.

El sacerdote maya efectivamente confirmo la suposición. Los trabajadores del campo desde hace muchos años le han encomendado el trabajo de cuidar sus milpas y cosechas a los aluxes, a cambio ellos les daban comida y agua.

El sacerdote comentó que el terreno donde el puente se construía les fue encargado desde hace años por una persona que ya habia muerto, pero los aluxes mantuvieron su promesa de velar por su terreno. Ellos veían como amenaza todo aquello que destruía la tierra que juraron cuidar.

El sacerdote llego a un acuerdo, ellos velarían por el puente, cuidado que no se caiga y que no ocurriesen accidentes en el a cambio de que se les construyera una pequeña casa en donde poder estar siempre al pendiente del lugar.

Los arquitectos aceptaron y desde ese momento el puente no tuvo más contratiempos o dificultades. Aun al día de hoy transportistas, taxistas o gente que conoce esta leyenda les deja cigarros, cerveza o cualquier ofrenda en agradecimiento por mantener el puente firme y seguro.

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