El último préstamo que pidió Enrique Peña Nieto a la banca fue de 200 mil millones de pesos, y será para pagar un jugoso bono de marcha para los funcionarios federales que dejarán el cargo a finales de año, señaló en su columna Ricardo Raphael, periodista y académico.
En su columna titulada “Canallada de EPN contra AMLO”, el periodista indica que en los últimos días, la deuda de cada mexicano aumentó debido a un préstamo que solicitó Peña Nieto por 200 mil millones de pesos y ni siquiera tuvo la cortesía de informar a López Obrador que lo pediría.
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“En estricto sentido, Enrique Peña no tendría que haber consultado esta decisión a Andrés Manuel López Obrador, y sin embargo la cortesía política se hubiese agradecido, sobre todo si será el segundo quien deba enfrentar la hipoteca”, escribió Raphael.
“Si Hacienda hubiera comentado el hecho, le habrían preguntado para qué va a utilizarse el préstamo, y tal cosa es justo lo que el gobierno saliente no está dispuesto a hacer”.
Y es que los secretarios de Hacienda de Peña Nieto, se convirtieron en expertos para eludir explicaciones, dijo. De los 4 billones de pesos que se contrataron de deuda durante el sexenio, ninguno ha sido capaz de indicar a dónde fue todo ese dinero.
“Si se invirtió en Pemex, ¿por qué el desempeño de la empresa paraestatal sufrió el peor descalabro de su historia? Si se invirtió en educación, ¿por qué durante esta administración el gasto en tal sector disminuyó 0.4 puntos del PIB? Si se invirtió en salud, ¿por qué la inversión se desplomó 0.3 puntos del producto? Si se invirtió en infraestructura, ¿por qué este indicador se contrajo 0.7 puntos del PIB?”, escribió.
“Es práctica común en nuestro país que ningún banco financie a los gobernadores en el último año de su gestión. Pero Peña Nieto eludió esta restricción porque pudo acudir a prestamistas del extranjero para cubrir los hoyos de su administración”, dijo.
¿Cuáles son esos hoyos?
“Esos 200 mil millones de pesos serán utilizados para pagar el jugoso bono de marcha de los funcionarios federales que dejarán su cargo a finales de este año”, apuntó.
Pero además está el “hoyo” que seguramente dejó la intención del PRI de comprar las elecciones locales, como en los casos documentados del Estado de México, Veracruz o Chihuahua, “pálido testimonio de lo que todavía está por descubrirse”.
También está el hoyo de los adeudos a proveedores y contratistas amigos que saben de antemano que en cuando se vaya Peña, será muy difícil obtener su dinero. “Es muchísima la presión para que se resuelvan a tiempo los favores electorales y de negocios”, dice Raphael.
Finalmente, están los gobernadores priistas, que ante el miedo de la nueva administración “se les mira con mayor frecuencia en las oficinas del secretario José Antonio González (de Hacienda): antes de que les cierren la llave quieren agua para su milpa”.
Mientras los préstamos siguen, cada mexicano debe más de 80 mil pesos por cabeza, de los cuales al menos 32 mil son consecuencia de la administración de Peña Nieto.