Un investigador español ha desarrollado un método “sencillo y limpio” para extraer queratinas de los residuos de lana de oveja y de plumaje de pollos y fabricar con estas proteínas bioplásticos degradables.
La técnica, según precisa la Universidad Pública de Navarra (UPNA) en un comunicado, también es viable para producir apósitos con los que regenerar tejidos del cuerpo humano, desarrollar excipientes (sustancias que se mezclan con medicamentos) o elaborar textiles nanoestructurados que se preparan mediante una nueva técnica denominada electrohilado.
“Los problemas medioambientales asociados a la acumulación de plásticos no degradables en el medio y su huella de carbono, vinculada a su transporte y producción, han motivado la búsqueda de nuevos bioplásticos cuya producción sea sostenible y que, una vez acabada su vida útil, sean fácilmente integrados en el medio ambiente”, explicó el investigador del Instituto Inamat de la UPNA Borja Fernández-d’Arlas Bidegain
Añadió que la disminución de la huella de carbono es posible con el uso de materias primas locales y la optimización de la gestión de residuos, sin olvidar que el desarrollo de bioplásticos a partir de la revalorización de residuos agroindustriales (como la lana y el plumaje de aves) fomenta la economía circular.
“Algunos países, como España, tienen una gran tradición en la crianza de ovejas para la producción de quesos tipo Idiazábal y Manchego. Sin embargo, debido a la mala calidad para su uso en textiles, las lanas se consideran residuos”, señaló el experto.
Y hay que tener en cuenta los plásticos consumidos que se depositan en vertederos y que son potencialmente sustituibles por bioplásticos degradables derivados de residuos queratinosos.
El método de extracción de las queratinas es “sencillo y limpio” ya que se trata de un método oxidativo con el empleo de agua oxigenada en un medio básico.
A diferencia de otros, este método es altamente eficiente y no genera residuos tóxicos y además las queratinas resultantes son más solubles en medios acuosos, lo que puede ser interesante para la industria y otros campos, tales como el de la alimentación, la farmacología, el tratamiento de aguas o la cosmética.