El diputado oaxaqueño que se suicidó en el Congreso por traición del PRI
Oaxaca.- Al suicidio se le ha calificado como un acto de cobardía, la puerta falsa, pero hace 75 años, un diputado oaxaqueño probó que también puede ser el acto rebelde más grande cuando la avaricia y la impunidad sepultan a la democracia.
Fue un día como hoy pero de 1943, cuando el diputado Jorge Meixueiro empuñó un revólver Colt calibre 38, lo colocó en su boca y jaló el gatillo, como su último acto de protesta e inconformidad luego de un fraude electoral que integrantes de su mismo partido político, el PRM -antecesor del PRI- orquestaron contra él.
Periódicos de aquella época, como el semanario “El Momento”, destacaron su sacrificio como un “hermoso gesto de protesta en aras de la democracia y el honor”, pues logró salpicar con su sangre los rostros de sus defraudadores, a quienes el diario señalaba como unos “fariseos de la revolución”.
Otro tabloide como el “Oaxaca Nuevo”, exhortaba a la población a no dejar que su muerte fuera en vano, en su portada se leía: “El Lic. J. Meixueiro ha muerto; que su sangre fecunda sirva para regenerar el ambiente de la política nacional”. Además de resaltar muchos de los aspectos que hacían del diputado, un oaxaqueño ejemplar, pues había dedicado gran parte de su vida a abogar por el bienestar de los campesinos de la sierra.
Y es que de acuerdo con las publicaciones y el discurso previo a su suicidio, Meixueiro estaba decepcionado, no soportó la idea de que la Sierra Juárez iba a ser representada en el Congreso por un completo desconocido, por alguien que nunca caminó con los campesinos, que ni siquiera alcanzó los mil votos, un sujeto que nunca simpatizó entre ellos.
El triunfo le fue arrebatado al oaxaqueño para compensar el despojo de otra victoria legal en otro distrito de Oaxaca. La orden vino desde arriba, el hermano del entonces presidente de la república, Manuel Ávila Camacho, designó a un candidato independiente llamado Leopoldo Gatica Neri, quien ni siquiera figuraba en las preferencias del electorado.
“Sé, porque no soy un novato en esas cosas, lo que significa este silencio que se advierte en los camaradas y en ese gesto un poco trágico cuando se ve al compañero que trata de pugnar por hacer valer un triunfo que ha obtenido y cuando se tiene ya la conciencia de que, por disciplina habrán de votar en su contra (…). Sé que tratar de impedir eso sería tanto como querer derretir la nieve de un volcán con la lumbre de un cerillo (…) y puesto que no puedo cumplir en esta ocasión la palabra que empeñé, quiero esgrimir mi último argumento y salir de aquí”. Esto fue parte del discurso del licenciado Meixueiro antes de poner fin a su vida en la cámara de diputados.
Un hecho insólito para todos, incluso se consideraba, al menos en aquella época, como el primer caso a nivel mundial. Nunca antes en un congreso alguien se había quitado la vida para defender la democracia.
Para el gobernador de Oaxaca en aquel entonces, el general de División Vicente González Fernández, Meixueiro era la primera víctima del sistema electoral mexicano, pues incluso él sustentaba la popularidad que tenía el político entre los serranos.
Los restos del ex diputado descansan actualmente en el Panteón de San Miguel, en la Ciudad de Oaxaca, ya que a petición de su hermano fueron exhumados de la Ciudad de México. En su lápida puede leerse la siguiente inscripción: “Jorge Meixueiro Hernández.- Defensor de las causas campesinas:- Murió por éstas en la Cámara de Diputados, el 18 de agosto de 1943”.
Tal vez este suceso no cambió la historia de la democracia en México, pero dejó un precedente de dignidad política, que hoy está extinta.